¿Cómo se levanta un aeropuerto internacional desde cero?

El aeropuerto de Girona nació ahora hace justo 50 años, en 1967, solo siete después de que las autoridades encargasen el primer estudio preliminar

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En una España que comenzaba a remontar el vuelo Girona se propuso contar con un aeropuerto propio. Eran los años 60, el turismo a la Costa Brava tomaba cuerpo y el norte de Europa miraba con ojos de deseo al litoral español. Las autoridades de entonces tardaron apenas siete años en conseguir su propósito: si en 1960 se encargó el primer estudio preliminar, en la primavera de 1967 el Aeropuerto de Girona-Costa Brava ya era una realidad.

Aquel 1 de abril sobre las pistas de la recién estrenada instalación aterrizaron varios aviones del Ejército del Aire, un T-6 Texan, un F-86 Sabre y varias Saetas. También diversas naves de aeroclubs catalanes, del sur de Francia y un Convair Metropolitan de Iberia que transportó a los invitados y a la prensa de Barcelona que acudía a cubrir el gran día. Las crónicas de la época describen el entusiasmo generado –hasta 40.000 personas se movilizaron–, que provocó el colapso total de los accesos al nuevo aeródromo. Circunstancia que afectó directamente a uno de los protagonistas de aquel día: el obispo Monseñor Narcís Jubany, encargado de bendecir las instalaciones en su estreno, tuvo que recorrer los últimos kilómetros hasta el aeropuerto como paquete de un motorista que se acabó abriendo paso entre la multitud.

Fachada de la primera terminal del Aeropuerto de Girona - Costa Brava.
Fachada de la primera terminal del Aeropuerto de Girona – Costa Brava

Desde un principio, y a pesar de los escasa frecuencia de aviones inicial, el aeropuerto de Girona tuvo un gran impacto sobre la economía de la zona. En sus primeros años más de 200 personas trabajaban en la terminal y sus alrededores, a donde también acudían los vecinos de la provincia cada domingo, como puro entretenimiento. Aunque hoy parezca algo menor, por aquel entonces ver a los aviones de la época elevar el vuelo o tocar tierra a escasos metros de distancia era todo un espectáculo.

Los años previos a la crisis fueron los mejores en cuanto al tráfico de pasajeros

Los primeros hitos de la instalación tardaron poco en llegar. Pocas semanas después de la inauguración, el 27 de abril, aterrizó el primer vuelo internacional, un Caravelle procedente de Dinamarca. En 1972, año de la primera ampliación con una nueva terminal, el aeropuerto alcanzó el primer millón de pasajeros. Dos años después la pista de vuelo se reforzó para poder recibir aviones de más de 450 toneladas.

Inauguración de la nueva terminal modular en 1972.
Inauguración de la terminal modular en 1972.

La época moderna

Tras una década de los 80 difícil, en la que Girona – Costa Brava sufrió sobre todo la escasez de rutas en temporada de invierno, los 90 empezaron llenos de optimismo para la instalación. Los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 trajeron aviones… y personalidades nunca vistas en la terminal. En aquel caluroso verano aterrizó en estas pistas, entre otros, el cantante inglés Elton John.

A pesar de los escasa frecuencia de aviones inicial, el aeropuerto de Girona tuvo un gran impacto sobre la economía de la zona.

La estela olímpica tuvo su continuación en los años posteriores con la llegada de aviones del este de Europa, después de la desintegración de la Unión Soviética. Como nota negativa, en 1999, el aeropuerto vivió su peor accidente hasta la fecha, que se quedó en un susto: un Boeing 757 se salió de la pista con 227 pasajeros a bordo y cayó por un precipicio de 20 metros. Por suerte, tanto ellos como la tripulación salieron ilesos del incidente.

La llegada del siglo XXI supuso una completa modernización de la vieja terminal. En 2002 se añadieron más de diez nuevos mostradores de facturación, cintas de recogida de equipajes y media docena de nuevas puertas de embarque. Tres años después, el aeropuerto acometió una completa remodelación de su fachada principal y, en 2006, se amplió el aparcamiento y se creó un servicio de transporte regular en autobús entre Barcelona, Girona y la Costa Brava. Los años previos a la crisis fueron los mejores en cuanto a tráfico para la instalación. Entre 2007 y 2010 mantuvo un flujo anual de pasajeros superior a los 4,8 millones, con un pico de 5,5 millones en 2008. A ello sin duda ayudó la consolidación del fenómeno low cost, que se inició en 2004 con la instalación de una base de Ryanair en el aeropuerto.
Edificio de la Terminal en la década de los 70.
Edificio de la terminal en la década de los ’70

Tanto en aquellos años como en los posteriores, en los que Girona – Costa Brava no fue ajena a la caída generalizada de tráfico en los cielos españoles, la terminal continuó realizando mejoras tanto en los servicios a los pasajeros, con la inauguración de su primera tienda pasante en 2014, y en las certificaciones de la instalación. En marzo de ese mismo año el aeropuerto obtuvo el certificado de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), que implica la homologación de los criterios internacionales más recientes de la aviación comercial.

El último año ha traído al aeropuerto novedades esperanzadoras. En 2016 se inauguraron tres nuevas rutas operadas por la aerolínea británica Jet 2 (Glasgow, Newcastle y Manchester), con varias frecuencias semanales. También se recuperó el vuelo a Moscú operado por la compañía Pobeda Airlines, incluido en temporada de invierno. Señales de optimismo para un 50 aniversario en el que no habrá obispo ni moto, pero sí numerosos aviones que conecten a través de los cielos a la Costa Brava con el resto del mundo.  

Pasajeros '3 millones' del Aeropuerto de Girona, a bordo de un Ryanair.
Premio al pasajero ‘tres millones’ del Aeropuerto de Girona.

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