Agbar gana, Calabuig pierde

En la batalla por el agua de Gandia, la juez ratifica la suspensión de la licitación al considerar que el Ayuntamiento quería beneficiar a Aguas de Valencia

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La guerra del agua se ha trasladado a la Comunitat Valenciana. La titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Valencia, Laura Alabau, ha ratificado este miércoles la suspensión de la licitación del agua de Gandia a Aguas de Valencia. Una vez transcurrido el periodo de alegaciones, la juez insiste en que el contrato pretendía beneficiar a la compañía que preside Eugenio Calabuig frente a sus competidores.

Pero Aguas de Barcelona (Agbar) ha impedido que sea así. La compañía que preside Angel Simón, mediante su filial valenciana, Aquagest Levante, recurrió el contrato por considerar que sólo favorecía los intereses de Calabuig. Con la nueva confirmación de que la adjudicación queda anulada, en la pugna por el agua de Gandia, Agbar gana y Calabuig pierde.

Compensación millonaria

La juez asegura que el consistorio de Gandia había vuelto a licitar la concesión para que Aguas de Valencia recibiera una compensación de casi 90 millones de euros. “El Ayuntamiento y Aguas de Valencia han acordado hace solo dos o tres años resolver unos contratos, celebrados con una duración de 25 años, para volver a sacar a licitación el servicio, con una duración de 50 años, imponiendo al nuevo adjudicatario la obligación de abonar no solo el canon correspondiente, sino también la indemnización reconocida a Aguas de Valencia por daños y perjuicios”, según se desprende el auto al que ha tenido acceso Economía Digital.

Los hechos a los que hace referencia el documento se remontan a 2008 cuando el consistorio de Gandia –que por entonces dirigían los socialistas– licitó la concesión del agua y Aguas de Valencia fue la que presentó la mayor oferta económica que ascendía a 55 millones de euros. La compañía abonó dicha cantidad en concepto de canon tras hacerse con la gestión.

Pero un informe realizado por el interventor municipal apuntaba que era imposible realizar las obras de mejora y mantenimiento previstas en el contrato, de modo que lo canceló. La ruptura del acuerdo entre Aguas de Valencia y el el Ayuntamiento de Gandia tenía que repararse económicamente y fue entonces cuando fijó una indemnización desorbitada.

Engordar la cuenta de Calabuig

Tras supervisar con atención el concurso, la magistrada subraya que el objetivo principal del Ayuntamiento de Gandia era engordar la cuenta de Calabuig ya que dejaba a Aguas de Valencia como la única alternativa posible. Ningún competidor accedería a pagar un canon por la gestión del agua y, además, abonarle 90 millones a Aguas de Valencia. Sería, como dice el refranero español, tirar piedras sobre el propio tejado.

Por ello, se ha desestimado la petición del consistorio de levantar la suspensión judicial. “No ampara a ningún interés público, sino exclusivamente al privado de Aguas de Valencia”, detalla la sentencia.

Cruce de denuncias

La batalla entre Aguas de Valencia y Agbar, sin embargo, no acaba aquí y viene de lejos. Angel Simón y Eugenio Calabuig se han enfrentado en varias ocasiones por hacerse con contratos millonarios.

Ambas entraron en litigio por el suministro del agua del área metropolitana de Valencia y de Barcelona. En el primer caso se le adjudicó el contrato a Aguas de Valencia por 50 años, lo significaba unos ingresos de 2.500 millones. En el segundo proceso, la adjudicataria fue Agbar por un periodo de 35 años que le permite facturar 300 millones anuales.

En el último round en la guerra por agua de Gandia, Simón ha vencido a Calabuig aunque, la contienda entre ambos tiene todas las papeletas para convertirse en la historia interminable.

Economía Digital

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