El inversor que puja por Blanco solo quiere la marca

El dueño de Hipaldisa pretende dar continuidad al legado de Bernardo Blanco

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Un empresario barcelonés del sector de la ingeniería civil ha irrumpido en el proceso de cierre de Blanco. Se trata de Jordi Hidalgo Palomares, administrador de Hipaldisa, que en declaraciones a Economía Digital ha manifestado que su interés se limita a la marca comercial Blanco pero no a la sociedad Global Leiva, que ha gestionado la enseña durante los últimos años y se encuentra en liquidación tras entrar en concurso de acreedores con un pasivo de 133 millones de euros.

Hidalgo aspira a recuperar el legado de Bernardo Blanco Moreno, director general de la cadena de moda, que fue despedido en septiembre de 2015 y readmitido en noviembre de este año tras ganar una demanda contra Global Leiva. «Bernardo ha tenido unas habilidades de negocio muy buenas y con su salida de la empresa se ha desvirtuado el negocio», apunta Hidalgo. 

El empresario explica que da clases de Empresariales en la universidad y expone a sus alumnos el caso de Bernardo Blanco, «que de la nada ha creado un imperio». A juicio del empresario, radicado en Sant Celoni (Barcelona), la cadena de moda debe «volver al low cost» para ser rentable.

El inversor asegura poseer «medios suficientes» para dar continuidad a la actividad comercial y esta convicción motivó que se reuniera con Nuno Ferreira, director financiero de Blanco, quien le transmitió que debía dirigirse al administrador concursal para comunicarle su voluntad de adquirir la marca. «Todo es un cúmulo de voluntades», aclara. Hidalgo señala que hasta el momento no ha recibido respuesta del administrador.

Un ERE para 835 trabajadores
 

El interés del empresario en adquirir Blanco, adelantado por Infolibre y Modaes.es, ha causado sorpresa en la plantilla, que aguarda al desenlace de un expediente de regulación de empleo que afecta a 835 trabajadores. Como adelantó este medio, Global Leiva declaró en 2016 pérdidas de 66 millones de euros hasta la presentación del ERE. La facturación se desplomó en este periodo un 64%, hasta los 37,6 millones de euros.
 

«Una de las principales causas que motivaron la solicitud del concurso de acreedores fue la deslocalización en puntos de venta estratégicos debido al cierre progresivo de establecimientos derivados de procedimientos de desahucios», señalaron Global Leiva y el administrador concursal en la petición del ERE.

El cierre de tiendas agravó «la capacidad de generar ingresos, eliminando la presencia de la marca y canibalizando los competidores la posición de mercado de los que fueran tradicionalmente clientes de Blanco», sostenía el documento presentado al juez para motivar los despidos. 

Economía Digital

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