El proceso judicial por defraudar a Hacienda apaga la estrella de Liliana Godia

La rica heredera cierra la fundación artística que abrió como homenaje a su padre y encalla en la negociación del acuerdo de conformidad que finalizará el escándalo fiscal

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Liliana Godia ya no es una presencia imprescindible en cualquier acto social que se precie en Barcelona. Hacienda puso en el punto de mira a una de las mujeres que representa a la burguesía catalana de abolengo y la hizo desfilar ante las cámaras en un escenario al que no estaba acostumbrada, la Ciutat de la Justícia, del brazo de su marido, Manuel Torreblanca, quien intenta asumir las culpas del fraude fiscal que han reconocido que cometieron durante años, cuyo giro asciende a 5,7 millones de euros.

El juicio se celebró el 23 de julio de 2013, la fecha en que Lily, tal y como la conocen sus amigos, decidió adoptar un perfil bajo. Ha desaparecido por completo los últimos dos años de los eventos sociales de la capital catalana. Nunca se ha prodigado en exceso, pero ahora declina incluso aparecer en las fiestas organizadas por sus amigos próximos, a las que Torreblanca asiste en solitario.

Cierre de la Fundación Francisco Godia

En esta nueva etapa en la que pasar desapercibida es su máxima, ha decidido bajar la persiana de su proyecto más personal: la fundación artística que acoge el legado de su padre, Francisco Godia, el primer piloto español de Fórmula 1.

Ya ha comunicado su decisión a los patronos de la institución. Una lista en la que se encuentran nombres de alta cuna como los de Javier Godó o Juan Antonio Samaranch; empresarios con quienes comparten negocios, como Juan Manuel Entrecanales y Leopoldo Rodés, las dos familias junto a las que invirtieron en Aigües Ter Llobregat (ATLL), cuya concesión está en el aire; y amigos íntimos como Enrique Lacalle o José Felipe Bertrán de Caralt.

Con este último comparten delito, ya que el industrial catalán fue condenado a cuatro años de prisión por el Tribunal Supremo por defraudar a la hacienda pública. El ex presidente de la cementera Asland entró en prisión, pero no cumplió su condena porque recibió un indulto parcial del Gobierno en 1997. El primer Ejecutivo de José María Aznar rebajó la pena de cuatro años a tan sólo uno.

Negociación con MNAC

Los portavoces de la familia ni confirman ni desmienten que la Fundación Godia vaya a desaparecer. Se limitan a señalar que nadie les ha dictado un comunicado público sobre el cierre, avanzado por El País. Por el momento tienen conferencias y «actos privados» programados hasta marzo en la casa Garriga Nogués, la sede actual de la entidad que acogerá después fondos artísticos de la Fundación Mapfre.

El matrimonio Godia-Torreblanca estudia que parte del importante fondo pictórico que gestionan se exponga en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). La colección permanente incluye más de 1.200 obras del románico, el gótico y autores como Picasso, Magritte, Miró o Barceló.

Imagen de mayor austeridad

¿Tienen problemas económicos? El entorno de la pareja indica que no, aunque han rebajado su tren de vida para intentar ofrecer cierta imagen de austeridad. La misma estrategia que usó su abogado, José Ángel González Franco, cuando les recomendó que dejaran el chófer privado en casa y se trasladaran en taxi hasta la sede judicial de Barcelona antes de declarar en verano de 2013.

De hecho, los abultados gastos de la pareja son parte de la causa judicial que aún está abierta. La instrucción concluyó que la familia usó sus sociedades profesionales –BCN Godia, Barcel Euro o Dolpette– para sufragar gastos privados. Entre ellos, el mantenimiento de sus viviendas, embarcaciones, el alquiler de aviones privados, el sueldo del chófer y multitud de regalos como joyas, ropa, flores o viajes.

Reparto de culpas

Los Godia Torreblanca han aceptado que no hicieron bien sus declaraciones entre los ejercicios 2007 y 2011 e intentaron descargar su responsabilidad en su asesor fiscal histórico, Francisco Javier Amat, que también está imputado. El matrimonio ha pagado los 5,7 millones de fianza de responsabilidad civil para intentar demostrar que el delito está compensado, pero ha encallado a la hora de pactar un acuerdo de conformidad que dé carpetazo a su escándalo.

La soprano Montserrat Caballé lo consiguió en un tiempo récord, pero el reparto de culpas prolonga el caso Godia. «No se trata de un problema económico», indican fuentes conocedoras del proceso cercanas a la familia. La estrategia que han adoptado desde el primer momento es que Torreblanca asuma el grueso de la responsabilidad y el magistrado sea más benevolente con Lily. Pero la acusación no está de acuerdo en que Godia no asuma su parte en la estructura fiscal que el matrimonio había diseñado para eludir sus responsabilidades con el fisco.

El proceso va para largo.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp