Elecciones en el Palau de la Música: la sangre no llega al río (pero casi)

Carulla siembra las dudas sobre la viabilidad de la candidatura de su opositor, mientras que Duran señala la incertidumbre en los números que avalan la gestión de la presidenta saliente

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Espadas en alto entre las dos candidaturas que se enfrentan el próximo 24 de julio para conseguir la presidencia de la Associació Orfeó Català, la entidad que gestiona el Palau de la Música de Catalunya. Mariona Carulla y Pablo Duran sólo se habían enseñado los dientes hasta la fecha pero, en la primera sesión informativa a los miembros de la institución que ha tenido lugar este jueves por la tarde, han pasado al ataque.

La gran baza de la presidenta saliente es sembrar las dudas sobre la viabilidad económica y la capacidad de gestión de sus opositores, el grupo de críticos encabezados por Pablo Duran. “Nos enfrentamos a un movimiento incierto, poco sostenible, que no defiende la programación musical propia, cuyas cuentas son dudosas y que no persiguen el camino de la excelencia al que se ha aspirado hasta la fecha. Si sale mal, tendremos un Palau de segunda división”, ha señalado el candidato a vicepresidente primero de esta facción, el periodista musical Àlex Robles. “No es creíble y no sabe hacer lo poco que propone”, ha añadido Carulla.

Gran presupuesto

La primera gran diferencia entre ambos candidatos es el presupuesto para enfrentar el proceso. Carulla, quien ha hablado sentada tras una mesa, ha desembarcado en la sesión con su propio photocall portátil, programas impresos para todos los asistentes y fotógrafos profesionales para poder plasmar y difundir sus iniciativas. Básicamente, la continuidad de las políticas de los últimos cuatro años en la entidad. El único punto en común con su opositor ha sido preparar a miembros de su campaña para llenar el turno de preguntas tras la presentación y limitar al mínimo posible las cuestiones molestas. Duran, quien ha hecho su presentación de pie, ha sido el único de los dos que lo ha reconocido.

Los críticos han optado por repartir un escueto resumen de las iniciativas a los asistentes (la mayoría, miembros de las propias candidaturas o trabajadores del Palau). Ha desgranado su plan para gestionar la institución mediante un power-point. Antes de hablar, ha dejado claro que su candidatura es low-cost, que su capacidad económica no contempla los dispendios extraordinarios y que su objetivo es dejar igual las cosas que funcionan en la casa pero ordenando el pilar central: los gestores deben ser los miembros de la asociación, no una fundación.

La sombra de Millet

Carulla y Duran pretenden gestionar la institución de forma muy distinta. Mientras los críticos quieren que el poder real recaiga en los socios como cualquier institución privada de tamaño medio (cabe recordar que sólo tiene 1.700 miembros), Carulla apuesta por mantener que sea una Fundación la que rija la gestión de la institución y que se rindan cuentas anualmente a la asamblea.

La sombra de Félix Millet es larga, y ha estado presente en la primera sesión informativa en el Palau. Carulla no ha ofrecido ninguna cifra económica de la gestión de la junta directiva hasta la fecha, una de las críticas más repetidas a su predecesor en el cargo. Ni siquiera del presupuesto global con el que cuenta. Mientras que Duran ha criticado la opacidad con la junta saliente y ha informado a los presentes que, mientras en la caja anual de la casa llega a los 12 millones de euros, el régimen de gestión que persigue mantener la candidatura oficialista sólo da poder a la Asociación para decidir sobre el destino de 250.000 euros.

La cantidad corresponde a la recaudación de las aportaciones de los miembros y al pago de 75.000 euros que la Fundació CatDem, vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), abona a la institución para compensar los 30 millones de euros que presuntamente desvió durante la gestión del saqueador confeso Félix Millet.

Diputada de CDC en la candidatura de Carulla

Carulla ha recibido duras críticas por parte de Duran por incluir en su candidatura a una diputada de CiU, la vicepresidenta de la comisión de Cultura y portavoz de la de peticiones en el Parlament Maria Glòria Renom i Vallbona. “Es poco ético”, ha señalado el candidato. Los críticos han optado por no incluir a ningún político en sus listas.

A su vez, ha sido acusado de ser el tesorero de la Associació durante la presidencia de Millet. Duran ha recordado que se retiró, fue imputado y desimputado en 40 días por esta cuestión y que pidió perdón a los socios por no haber realizado correctamente su trabajo. Aunque también ha atacado a Carulla: “Yo era el tesorero de la Associació, una de las tres empresas que gestionaba el Palau junto a la Fundació y al Consorci. Las únicas dos personas que estaban en las tres organizaciones eran Félix Millet y Mariona Carulla, quien hubiera detectado el fraude si hubiera comparado las memorias y los balances anuales. Espero que sus conocimientos económicos hayan mejorado en los últimos años”, ha sentenciado.

Juego entre candidatos

Al margen de las desacreditaciones por las etapas anteriores, las elecciones en el Palau de la Música no están exentas del juego sucio habitual entre candidatos. Quien tiene el poder suele dificultar el acceso al censo de asociados (la clave para ganar), impedir que se hable con las bases (en este caso, con los coros y los trabajadores) y tener más capacidad de llegar a la gente. Los críticos llevan la bandera de la renovación y de querer cambiar las cosas que funcionan mal en la entidad.

El próximo jueves por la tarde tendrá lugar una nueva sesión informativa.

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