Ferrer presenta la oferta para quedarse con Freixenet

El presidente de honor consigue un crédito sindicado de la banca y formalizará su oferta en la junta de accionistas del día 12

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José Ferrer Sala, presidente de honor y primer accionista de Freixenet con el 42% de las acciones, presentará el próximo lunes su oferta por el resto de la compañía. Esta vez la oferta sí que será vinculante, ya que finalmente consiguió el crédito para ser el amo y señor de las cavas y terminar con la fractura, según explicaron a Economía Digital varias fuentes conocedoras de la operación.    

Freixenet ha convocado una junta de accionistas extraordinaria para el lunes 12 de diciembre. En esta reunión está previsto que Ferrer, que ya tuvo que retirar una oferta por falta de financiación, presente otra, de carácter vinculante, para convencer a todos los accionistas que buscan salir de la compañía: los Hevia y parte de los Bonet.  

Los términos de la oferta no han variado: valoraría las bodegas en algo más de 520 millones. El crédito sindicado, liderado por Santander y Caixabank, rondaría los 120 millones. Ese sería el dinero que necesitaría Ferrer para ir a por el 58% que no controla, ya que al valor de Freixenet habría que descontarle su alta deuda, de 320 millones.    

Crédito sindicado  

José Ferrer, que durante muchos años formó parte del consejo asesor del Santander en Cataluña, intentó inicialmente apoyarse en ese banco para conseguir el crédito que le permitiera comprar la mayoría de Freixenet. La entidad puso varios requisitos que no fueron satisfechos, por lo que inicialmente, la operación no cuajó.  

Sin embargo, Ferrer insistió y el Santander optó por diversificar el riesgo, implicando a los bancos acreedores de la deuda de Freixenet. No todos entrarán en el sindicado, ya que algunos consideran que la operación es poco viable con los beneficios tan bajos que tiene (2,4 millones). El que seguro acompañará al Santander será Caixabank, según las fuentes consultadas.

Los Ferrer retienen la dirección

Inicialmente, la banca había puesto como condición para financiar a Ferrer que profesionalizara la gestión. Actualmente está en manos de su hijo Pedro Ferrer, consejero delegado, pero su dirección ha abierto duras críticas internas y, de hecho, es el germen de la división familiar.

Los resultados económicos de Freixenet en los últimos años han sido más que discretos. En el ejercicio 2014-2015, con más de 500 millones facturados, los beneficios fueron de sólo 2,2 millones. Estos números, y la falta de dividendos, sublevaron a Enrique Hevia y parte de los Bonet, que iniciaron la venta. En el último ejercicio, el resultado apenas ha mejorado.

A pesar de estos números, los Ferrer conseguirán atar la gestión. Los bancos han accedido a que siga siendo un miembro de la familia quien tenga el control del día a día y ya no exigen un consejero delegado externo. De esta manera, Pedro Ferrer podría continuar en el puesto, o podría cederlo a alguien de su confianza, como Sílvia Carné, directora del departamento jurídico de Freixenet, muy cercana a los Ferrer y que ha sonado como recambio.    

¿Última oportunidad?

Para llegar a este punto, primero tiene que cuajar la oferta. Como avanzó Economía Digital, tras tener que retirar la primera oferta, José Ferrer frenó la destitución de su hijo como consejero delegado prometiendo presentar otra, que debe presentarse antes de fin de año en una junta extraordinaria.  

Esta junta se celebrará el lunes y la palabra la tendrán los Hevia Ferrer (propietarios de un 29%) y los Bonet Ferrer (propietarios de otro 29%). Enrique Hevia, vicepresidente de Freixenet, quiere vender el 29% que tiene él y sus tres hermanas. Entre los Bonet, dos de ellos, Pedro y Eudaldo, también quieren vender, mientras José Luis Bonet, presidente de Freixenet, y su hermana Pilar podrían optar por seguir en el accionariado.  

Por lo tanto, hay un 44% de las acciones claramente a la venta. Otra cosa es si les interesará la oferta de Ferrer, inferior a la de la compañía alemana Henkell, que ha quedado olvidada. Cuentan fuentes cercanas a la compañía que sus ganas de vender y pasar página, sobre todo por parte de Hevia, superarían a la ambición por conseguir más dinero.  

Si hay acuerdo, se iniciará el fin de un culebrón que se inició a principios de año y que partió en dos a las familias descendientes del matrimonio fundador de Freixenet. Si no lo hay, las hostilidades se incrementarán y Hevia, con el apoyo de todos los Bonet, puede tomar los mandos para liderar la venta a un inversor extranjero.

Xavier Alegret

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