Grupo Zeta niega ahora que vaya a cerrar la rotativa

La dirección asegura que quiere seguir en la nave en régimen de alquiler, pero los trabajadores desconfían de las verdaderas intenciones de la compañía

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Grupo Zeta no va a cerrar la rotativa. Eso es lo que aseguró la compañía al comité de empresa de Gráficas de Prensa Diaria, la empresa del grupo que se encarga de la impresión de El Periódico, Sport y otros medios propios y ajenos. Los representantes de los más de 50 trabajadores de las rotativas desconfían de esta versión y piden más explicaciones.  

La plantilla, y muchos directivos del grupo, descubrieron que la sede de la rotativa, en Parets del Vallès, está a la venta por 19,5 millones de euros, según anunciaban varios portales inmobiliarios. Para aclarar qué iba a pasar con ellos, los trabajadores pidieron una reunión con la dirección, que tuvieron este martes por la tarde.  

En el encuentro, el grupo aseguró a los representantes de la plantilla que no iba a cerrar las rotativas sino que su intención era vender el local y quedarse en régimen de alquiler, según explicaron fuentes sindicales a Economía Digital. Este medio se puso en contacto con Grupo Zeta para conocer su versión, pero la compañía no hizo comentarios sobre el tema.  

La venta de una propiedad para alquilarla es una operación bastante habitual en el mundo empresarial. El propio Grupo Zeta ya lo hizo con la redacción de El Periódico, aunque el comprador fue la familia Asensio, propietaria de la compañía.  

Anuncios contradictorios y secretismo

Las explicaciones de la dirección no convencieron al comité de empresa de Gráficas de Prensa Diaria, que acusó a la compañía de actuar de mala fe por el secretismo con el que llevaba la venta. Su recelo se basa en que los anuncios que encontraron en Internet en ningún momento hablaban de una venta de una nave ocupada para ser destinada a alquiler. Al contrario, se referían a la rotativa en pasado.

Por ejemplo, el anuncio de la web de CBRE describía la nave como «anteriormente destinada a rotativas, almacén y oficinas de un grupo editorial». Es decir, que daba la rotativa por cerrada. La compañía dirigida por Agustí Cordón ordenó el martes que se despublicaran los anuncios de las distintas webs inmobiliarias, tras el revuelo causado por la venta de la nave.  

Ante estos hechos, los representantes de la plantilla instaron al grupo a responder por escrito a los trabajadores sobre sus intenciones con la rotativa. Y, para despejar las dudas sobre la continuidad de la misma, pidieron también que se aceleren las negociaciones del nuevo convenio para poder llegar a un acuerdo en las próximas semanas.  

Temor a más recortes  

Como explicó Economía Digital, la noticia de la venta de la sede de la rotativa inquietó enormemente a la plantilla de Grupo Zeta. No sólo a la de Gráficas de Prensa Diaria y a la de las otras rotativas de la compañía, en Castellón. También a la de El Periódico, Sport y el resto de diarios y revistas del grupo.  

El comité de empresa teme que la compañía prepare una nueva ola de recortes, tras los sufridos durante la crisis. La plantilla de la rotativa de Parets ya fue reducida a la mitad en 2013, y los sueldos se recortaron en un 40%.  

A nivel de grupo, en 2014 se pactó el último ERE temporal, todavía vigente, y se bajaron los sueldos un 9%. El comité llevó a juicio a la compañía a raíz de este acuerdo, al considerar que los directivos y el personal fuera de convenio no había reducido su sueldo en la misma medida, pero la Audiencia Nacional dio la razón a Zeta por un defecto de forma.  

Ahora, el conflicto se ha iniciado por Andalucía: Grupo Zeta comunicó a finales de diciembre a la plantilla de Diario Córdoba una rebaja salarial del 15%. Tras este anuncio, y la posible venta de las rotativas, el resto de plantilla se ha puesto en alerta ante lo que creen que puede ser una nueva ofensiva de recortes.  

Vuelta a beneficios  

Estos hechos se producen después de un 2015 muy positivo para Grupo Zeta. Al menos, a nivel de resultados económicos: la compañía facturó 188,6 millones de euros y rompió tres años de pérdidas, ganando 13,25 millones.  

Para los trabajadores, estas cifras no cuadran con los últimos hechos: el impago del grupo a la banca en diciembre, de más de 5 millones, la petición de refinanciación que ha lanzado a los bancos y la venta de patrimonio inmobiliario. Por ello, el comité de empresa ha pedido a la dirección las cifras de cierre de 2016, para conocer el estado actual de las cuentas. La compañía no se las ha facilitado.

Xavier Alegret

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