Joan Rosell culmina la reforma de la CEOE de cara a la reelección

El presidente congela salarios y reduce la cúpula de la patronal en la recta final de su mandato

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El presidente de la CEOE, Joan Rosell, ha emprendido la reforma de la patronal española con una simplificación de la estructura, la aprobación de nuevos estatutos que exigen la obligatoriedad de cuentas auditadas y la reducción de las vicepresidencias (de nueve a cinco).

Rosell, que se propuso reformar y actualizar la organización desde su llegada, comienza a dar forma a la transformación de una estructura anquilosada. El líder de los empresarios ha presentado en la asamblea anual, celebrada este martes en Madrid, las cuentas auditadas por PriceWaterhouse Coopers y también ha logrado la aprobación de los nuevos estatutos con el propósito de aligerar y agilizar el cuerpo de la patronal ante las puertas de un proceso electoral.

Limitación de mandato

La reforma establece que el presidente de la CEOE sólo podrá mantenerse en el cargo durante un máximo de dos períodos consecutivos de cuatro años cada uno. El nuevo código de también contempla la posibilidad de expulsar al presidente si enfrenta un juicio por irregularidades y que se proponga una moción de censura con el 25% de los votos.

Con estas medidas, Rosell, un empresario catalán que aterrizó en la presidencia frente al recelo de buena parte del empresariado que lo veía como un intruso en los círculos sociales de Madrid, parece ganar la confianza de sus colegas y afronta un fin de mandato buenas perspectivas para la reelección, aunque todavía no ha manifestado su intención de presentarse.

Nuevos estatutos

Los despidos de altos cargos para aligerar la cúpula directiva y el incumplimiento de las estimaciones de ingresos han generado un déficit de dos millones de euros. La cifra no preocupa en exceso en la organización que contará este año con un presupuesto de 118,8 millones de euros, 800.000 euros más que en 2013.

A partir del próximo mandato, el presidente de la organización podrá cobrar un salario por el ejercicio de sus responsabilidades. La junta directiva deberá decidir si el presidente debe cobrar y también decidirá la cuantía. Rosell, al igual que la mayoría de presidentes de la patronal, no ha cobrado salario. Hasta ahora sólo el expresidente José María Cuevas disfrutaba de una nómina.

La polémica de la formación

La cita de los empresarios culminó con la polémica planteada por algunos representantes sectoriales que se quejaban del proceso de negociación que la patronal lleva a cabo con sindicatos y gobierno para los cursos de formación.

Una de las principales exigencias de los empresarios es que los centros de formación sean homologados y que no se ofrezca formación genérica como cursos básicos de idiomas, sino especializada y enfocada en las necesidades de la empresa.

Al final de la asamblea, tres asociados exigieron a Rosell más transparencia en las negociaciones con el gobierno y los sindicatos. Los representantes de los sectores sanitarios y de hostelería reclamaron más implicación. Rosell prometió que todas las propuestas pasarán por las comisiones de trabajo y que habrá votación antes de la adopción de una postura oficial.

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