La cúpula de Volkswagen entierra (por ahora) el hacha de guerra

El comité ejecutivo, el órgano de dirección más influyente de la automovilística, respalda al actual presidente, Martin Winterkorn, tras la desautorización del patriarca de la compañía, Ferdinand Piech

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El vendaval en la cúpula de Volkswagen, la casa madre de Seat, ha durado una semana. La guerra pública entre los máximos directivos del segundo fabricante de vehículos del mundo, por detrás de Toyota, se ha parado con un comunicado del comité ejecutivo del consejo de supervisión en el que manifestaba que Martin Winterkorn (67 años) es «el mejor presidente posible».

Hay armisticio, pero perdura el enfrentamiento entre el presidente y el patriarca y máximo ejecutivo del consejo de supervisión, Ferdinand Piech (78 años); que manifestó que estaba «distanciado» con el número dos.

Renovación de contrato

El espaldarazo del selecto órgano de dirección, en el que se sientan los seis principales ejecutivos de Volkswagen (el consejo tiene 20 representantes), es total. También ha manifestado que renovará el contrato de Winterkorn en la reunión de febrero de 2016, cuando vence. Y sus deliberaciones suelen ser ley en la principal industria de Alemania.

Piech se ha quedado sólo. No le han apoyado ni el Gobierno de Baja Sajonia; ni los sindicatos, cuya opinión tiene peso en el organigrama de los fabricantes alemanes; ni tan siquiera de los miembros de su familia, que poseen el 50,7% de las acciones del grupo.

Enfrentamiento familiar

Los herederos de Ferdinand Porsche (Piech es su nieto mayor) manifestaron que la desautorización al presidente de Volkswagen era una «valoración estrictamente personal», en palabras del primo hermano del ejecutivo, Wolfgang Porsche.

El enfrentamiento entre los Porsche y los Piech, las dos grandes familias herederas del fundador del grupo, son de dominio público en Alemania.

Mantener el control del grupo

La desautorización de Piech a Winterkorn es un intento más de mantener su poder casi omnipotente en la automovilística. No es la primera ocasión en que ejecuta un movimiento en este sentido. Consiguió en 2007 apartar a su primer sucesor al frente del consejo del grupo cinco años antes, Bernd Pischetsrieder.

Ahora, está más acorralado que nunca. En la reunión del consejo de supervisión de febrero de 2016 deberá ceder su actual cargo a Winterkorn, un directivo que ha evolucionado desde la base de Volkswagen a la cúpula y se ha intentado mantener al margen de las discrepancias familiares.

El poder de su esposa, Úrsula

Incluso tiene una relación «muy cordial», según fuentes conocedoras de las relaciones en el consejo de Volkswagen, con una de las personas que más influyen a Piech en su toma de decisiones: su mujer, Úrsula. La tercera esposa del patriarca se sienta en el consejo de dirección del grupo y, antes de casarse con Piech, era la niñera de sus hijos.

Úrsula es la tercera esposa del máximo directivo de Volkswagen, que tiene 12 hijos. Su relación que más polémica generó en Alemania fue la boda con la ex esposa de su primo Porsche, Marlene. Otro motivo de discrepancias entre los accionistas de referencia, cuyo primera batalla tuvo lugar a principios de los 70, cuando Piech decidió que ningún miembro de la familia se sentaría en la dirección ejecutiva de Porsche tras las críticas de sus primos por el dispendio en el desarrollo de vehículos.

10 meses hasta la reunión del comité ejecutivo

Este fue uno de los hitos de su trayectoria profesional en el grupo. El empresario es también el responsable de que los Audi tengan tracción en las cuatro ruedas y que la compañía adquiriera a competidores como Lambordhini, Bentley y Bugatti.

El actual Volkswagen está hecho a imagen y semejanza de Piech y él no quiere ceder el cetro. Su primer envite le ha salido rana, pero sus intenciones no han cambiado. Aún quedan 10 meses para salirse con la suya.

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