Las preferentes dejan un agujero de 370 millones en la aseguradora de las antiguas cajas

Caser invirtió algo más de 1.000 millones en productos híbridos y deuda subordinada de sus propios accionistas, entre ellos Novagalicia

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La crisis de las preferentes no solo ha golpeado a miles de ahorradores. También a lo que se entiende por inversores mayoristas. Y, entre ellos, el roto ha sido especialmente grande si se analiza la situación de Caser, la aseguradora de las antiguas cajas. El agujero que declara la compañía por la inversión en productos híbridos y deuda subordinada se sitúa en 374 millones de euros, importe que la firma se ha visto obligada a provisionar, al tiempo que durante el último año ha realizado hasta dos ampliaciones de capital para poder seguir en pie.

La mayor parte de estas inversiones híbridas y subordinadas (un total de 1.029 millones de euros) realizados por Caser están directamente vinculadas a la comercialización de seguros de vida-ahorro. La aseguradora mantiene que todo ello está regulado en una serie de contratos de comercialización y financieros. Caser tenía acuerdos de distribución con varias cajas que contemplaban la venta de seguros en su red de oficinas a cambio de invertir el dinero captado, entre otros activos, en preferentes.

Provisiones y pérdidas

La entidad ya procedió a asumir deterioros en 2012 por su inversión en preferentes y deuda subordinada emitidas por las entidades que recibieron ayudas públicas, entre ellas Bankia y Novagalicia, que suman esas provisiones de 374 millones. Como cualquier otro tenedor de preferentes, la aseguradora se ha visto obligada a asumir la quita fijada para las diferentes emisiones de su cartera, cuando no a hacerse accionista por la conversión por acciones propuesta por el FROB. Caser celebró en 2012 su 70 aniversario. Es una de las más importantes aseguradoras en España, con más de tres millones de clientes y una facturación de 1.995 millones de euros en primas a cierre de dicho año.

Toda la crisis de las preferentes, y de forma solapada, la situación de las propias cajas de ahorros, ha llevado a Caser a presentar unas pérdidas después de impuestos de 151,2 millones de euros, una cantidad que supera el 25% del capital social desembolsado. Esta circunstancia se encuentra entre las recogidas en la Ley de Ordenación del Seguro Privado, que obliga a las entidades a adoptar una serie de medidas, entre ellas el traspaso íntegro del resultado negativo por importe de esos 151,2 millones de euros para su compensación a la cuenta de «prima de emisión de acciones”.

Ampliaciones adicionales

Adicionalmente, la compañía ha realizado varias ampliaciones de capital para garantizar su viabilidad. Entre ellas, una como consecuencia de las pérdidas adicionales reconocidas por la sociedad antes de la fecha de reformulación de las cuentas anuales, en abril del año pasado, debido a la publicación de las acciones de gestión de instrumentos financieros híbridos por parte de la autoridad competente, es decir, el FROB.

La vinculación de Novagalicia con Caser no solo pasa por ser uno de sus tradicionales accionistas (lo eran, por separado, Caixanova y Caixa Galicia), sino por contar en su consejo con hasta tres miembros procedentes de la entidad ahora privatizada. Entre ellos, en el máximo órgano de representación de la aseguradora presidida por Amado Franco se sentaban hasta el año pasado César González Bueno, Ramón Seoane  y Francisco Serna, todos ellos en representación de NCG.

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