Los Sostres dan un paso más para dejar Semon en manos del grupo Mercès

La justicia indica que el contrato firmado para mantener el alquiler de la tienda gourmet es papel mojado

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Los interesados en quedarse con Semon, uno de los grupos de restauración con más pedigrí de Barcelona, tienen hasta el próximo 28 de abril para presentar sus ofertas para adquirir los activos de la compañía que se subastan.

El juzgado de lo Mercantil ha dado cinco días más a los interesados en hacerse con parte del negocio y hace oídos sordos a los pactos a los que han llegado los antiguos propietarios de la compañía, los Sostres, con la otra firma de restauración chic de la ciudad, el grupo Mercès.

Mantener el alquiler

El último de ellos es el compromiso de mantener el alquiler del establecimiento que alberga la mejor y más lujosa charcutería de la capital catalana y el restaurante L’Indret (cerrado desde julio de 2014), en el número 31 de la calle Ganduixer.

Los Sostres arrendaban el local por un precio muy competitivo al ser de renta antigua, pero el fin de la ley Boyer el pasado 1 de enero supuso su vencimiento. Los responsables de Mercès firmaron un nuevo contrato que garantizaba la continuidad del negocio, que emplea en estos momentos a una veintena de personas; pero éste choca con el proceso de liquidación abierto.

Escrito al Juzgado de lo Mercantil

El administrador concursal, José María Tejedor, del Instituto de Estrategia, ha remitido un escrito en el Juzgado de lo Mercantil 6 de Barcelona, encabezado por Francisco Javier Fernández de Álvarez, en el que considera que el nuevo contrato es un acuerdo de intenciones entre privados al margen del concurso que el tribunal ha estimado, según fuentes jurídicas.

Los mismos interlocutores indican a Economía Digital que los dueños del local han cobrado los alquileres del primer trimestre con recursos del proceso concursal (créditos contra la masa).

Apuesta de los Sostres por Mercès

Los fundadores de Semon han apostado desde el primer día porque Mercè Solernou tome el testigo de la compañía tras el concurso de acreedores. Consideran que el grupo Mercès es el mejor candidato para conservar el espíritu del negocio quebrado. A su vez, el grupo de restauración catalán está interesado en continuar con uno de los negocios con mayor prestigio en la ciudad.

Este propósito ha chocado con las expectativas de los tribunales de lo mercantil, que han apostado por un proceso abierto en el que los activos se liquiden con libre concurrencia para conseguir los mayores beneficios posibles. Incluso trocearon los activos para incrementar el valor.

Semon quebró el pasado octubre con un pasivo de 3,3 millones de euros. La inmensa mayoría de la deuda está contraída con proveedores.

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