Mapfre aprovecha el despecho de los Godia para lanzarse al territorio de La Caixa

La familia ultima un pacto con la aseguradora que sólo le obligará a mantener visible una parte mínima de la colección privada más importante de pinturas catalanas; la infanta Elena reinaugurará el espacio cultural

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El pacto entre Liliana Godia y Mapfre está prácticamente listo. La aseguradora que preside Antonio Huertas ha logrado condiciones ventajosas para instalarse en el lugar que ocupaba hasta hace unos meses la Fundación Godia e iniciar una acción de marketing cultural en la capital catalana para competir con La Caixa en el negocio de los seguros.

Los nuevos responsables de la institución cultural barcelonesa sólo asumirán los costes económicos surgidos del mantenimiento de las piezas de la colección familiar que permanezcan en la casa Garriga Nogués, inmueble modernista situado en la calle Diputació por el que también se abonará un alquiler.

El edificio, que actuará como sede de la Fundación Mapfre en Barcelona, será reinaugurado por la infanta Elena de Borbón. A pesar de que como su hermana Cristina está apartada de la Casa Real, coopera con la aseguradora.

Impulso en el mercado catalán

Las negociaciones empezaron en octubre y se han mantenido al margen de los responsables técnicos de la Fundación Godia. Manuel Torreblanca, esposo de Liliana Godia y gestor de los intereses empresariales de la familia, está detrás del acuerdo.

Aunque se barajó traspasar la propiedad de parte de la colección privada, ello finalmente no sucederá. De este modo, Mapfre logra un emplazamiento privilegiado a menor coste para reforzar su marca en Cataluña a través de la cultura. La promoción museística privada está liderada en la comunidad por la Obra Social de La Caixa.

De hecho, el banco de Isidro Fainé acudió al rescate de la exposición recopilatoria sobre el Greco, que quedó desubicada tras el cierre de la Fundación Godia en febrero. Se da la circunstancia de que la acaudala familia mantiene acuerdos accionariales con el banco barcelonés en el capital de la compañía Abertis.

La Caixa, al rescate del Greco

Mientras se produjo el rescate de la fundación cultural por parte de La Caixa, Mapfre y los Godia ya estaban en conversaciones. De las 1.500 piezas que componen la pinacoteca, se cederán a Mapfre unas 250. El resto continuará en manos familiares, sin opción a ser contempladas. En la casa Garriga Nogués permanecerán, eso sí, obras de Alejo de Vahía, Luca Giordano, Zurbarán, Sorolla, Casas, Picasso, Miró, Tàpies, Barceló y Magritte.

Distintas fuentes apuntan que Huertas ha aprovechado el enfado de los Godia con la Generalitat para desplegar una herramienta más de marketing con la finalidad de superar a los seguros de La Caixa en el mercado catalán. La estrategia para alcanzar al grupo de Fainé tendrá, de este modo, un coste cultural.

La entidad financiera barcelonesa mantiene desde el verano de 2011 una alianza estratégica con Mutua Madrileña, que compró el 50% de Segurcaixa Adeslas. La empresa conjunta también se quedó más tarde con los negocios de los antiguos Banca Cívica y Banco de Valencia, absorbidos por el grupo que preside Fainé.

La familia Godia construyó un patrimonio artístico concentrado en obras catalanas a partir del interés cultural del empresario fallecido Paco Godia. De hecho, la composición de la colección es un reflejo de la procedencia de las piezas. De la cerámica medieval se salta sin solución de continuidad al siglo XIX. Más del 80% de las referencias de la colección familiar no serán accesibles al público.

La venganza de los Godia

A la actual situación se ha llegado debido a los apuros legales de Liliana y su esposo. La Agencia Tributaria les acusa de defraudar 5,7 millones. Debieron pasar por sede judicial para defenderse de no haber presentado las declaraciones del IRPF y patrimonio entre 2007 y 2011 mientras la Generalitat lo miraba todo desde la distancia.

La Barcelona cultural está convencida de que el cierre y la posterior entrega de la Fundación Godia a Mapfre, que da prioridad a otros movimientos culturales, es «una venganza» de Godia y Torreblanca con la Generalitat, con cuyo gobierno no comparten sintonía política y con cuya Agencia Tributaria negocian las cuestiones fiscales derivadas del procedimiento judicial que sigue abierto.

Fuentes de Mapfre han declinado confirmar o matizar la información. Alegan que las conversaciones siguen abiertas.

Ismael García Villarejo

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