Mas se borra de la guerra entre Foment y Pimec en la firma de los convenios

Las dos patronales firman con los sindicatos la negociación colectiva catalana en el peor momento de su relación y con la ausencia del Govern

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Cataluña vive un clima patronal tenso. Las dos principales organizaciones, Foment del Treball y Pimec, libran una dura batalla por la representatividad, con el Govern y su conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, de árbitro y, para algunos, también parte. En medio de este clima, ambas patronales se ven las caras este viernes en la firma de la negociación colectiva catalana, que ha abierto otra brecha entre ambas.

Tanto Foment como Pimec firmarán el Acord Interprofesional de Catalunya (AIC) con los sindicatos CCOO y UGT, porqué lo consideran positivo para las empresas, pero sus disputas han llegado a la mesa de negociación de los sindicatos. Con quien no se verán será con Puig ni con Artur Mas.

Sin solemnidad

Ni el conseller de Empresa ni el president estarán en la firma del AIC, a diferencia de 2011, cuando la firma se hizo con toda la solemnidad en el saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat, con Mas, el ex conseller Francesc Xavier Mena y el entonces president del Consell de Treball, Econòmic i Social de Catalunya (CTESC), Josep Maria Rañé.

Esta vez los agentes sociales han querido celebrar la firma en la sede del Tribunal Laboral de Catalunya, en la calle Valencia, y lo harán sin interferencias políticas. Sólo estarán los secretarios generales de CCOO y UGT, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez respectivamente, el presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà, y su homólogo en Pimec, Josep González, además de la presidenta de Fepime, María Helena de Felipe.

La presencia de Fepime y las impugnaciones

Precisamente la presencia de Felipe ha sido lo que ha provocado la tensión entre las patronales. Pimec considera que Fepime, patronal de pymes vinculada a Foment, no debería estar en la firma del AIC porqué el Govern le quitó la condición de organización más representativa, que da derecho a estar en las mesas de negociación.

Sin embargo, Fepime estará en la firma porqué la reforma de la representatividad está impugnada –actualmente está en manos del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC)– y, además, porqué cuando se empezó a negociar el AIC todavía tenía la representatividad y se sentó en la mesa, igual que hace cuatro años.

Su presencia podría ser una traba para que prosperen futuros acuerdos a partir del acuerdo marco de los convenios, ya que Pimec se reserva la opción de impugnar la presencia de Fepime. Además, ha advertido que, si alguna de las partes quiere enmarañar la negociación colectiva, puede impugnar las decisiones de la comisión de seguimiento por la presencia de la patronal de pymes de Foment.

El papel de Puig y Mas

El Govern no estará en la firma a pesar de haber jugado un papel activo en la crisis entre las patronales catalanas. Fepime consiguió la condición de organización más representativa, que le daba derecho a participar en la concertación social con el Govern, por silencio administrativo, lo que provocó el recurso de Pimec.

Felip Puig se decantó a favor de la patronal presidida por Josep González, más cercana ideológicamente al Govern que la línea que ha seguido últimamente Gay de Montellà, y le quitó la representatividad a Fepime. Ante ello, Foment presentó un recurso y ha abandonado sus puestos en el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), el CTESC y el Consell de Relacions Laborals.

A la espera del TSJC

Para resolverlo, Puig decidió poner el marcador a cero y reformar la representatividad, pero la nueva fórmula no convenció a Foment, que la llevó al TSJC. Finalmente, el Govern retiró la reforma después de una discreta reunión con Foment.

Ahora todas las partes esperan la decisión del TSJC o si Puig, o el futuro conseller del ramo, vuelve a poner el decreto de reforma de la representatividad sobre la mesa o inventa otro sistema. En Pimec esperan impacientes ya que, a diferencia de Foment, ellos sí que habían iniciado la recogida de adhesiones para demostrar su representatividad. Pero las espadas siguen en alto y el AIC puede sufrirlo en los próximos meses.

Xavier Alegret

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