Pimec recrudece la guerra con Foment y pide que se eche a Fepime de la negociación colectiva

La organización que preside Josep González estudia impugnar la presencia de la patronal de pymes de Foment en la firma del AIC, prevista para el 27 de noviembre

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La guerra entre las patronales catalanas, con el Govern de por medio con papel también protagonista, no tiene tregua. Si Foment del Treball, como avanzó Economía Digital este martes, ha plantado a la Generalitat en los plenos del CTESC y el Consell de Relacions Laborals, este miércoles ha sido la patronal de pequeñas y medianas empresas Pimec la que ha contratacado.

La organización de pymes que preside Josep González se ha adherido al Acord Interprofesional de Catalunya (AIC) 2015-2017, que sienta las bases de la negociación colectiva catalana, pero con un pero: la participación de Fepime en la firma. Pimec considera que Fepime, patronal de pymes vinculada a Foment, no debe estar en la firma del AIC, prevista para el 27 de noviembre con los sindicatos CCOO y UGT, y estudia impugnar su presencia en el acuerdo.

El argumento de Pimec es que Fepime no es considerada como organización empresarial más representativa, «condición que exige el estatuto de los trabajadores» para poder participar en la negociación colectiva. Fepime ya no participa en las mesas de concertación con el Govern, después de que el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, le retirara precisamente la condición de organización más representativa.

Felip Puig contra Fepime

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) reconoció en 2011 la representatividad a Fepime por silencio administrativo, algo que molestó a Pimec, que empezó su batalla para revocar esa sentencia. Cuatro años más tarde, el pasado julio, el Govern envió una resolución a las patronales en la que anulaba la representatividad de Fepime.

Ahí se avivó la guerra entre Foment y su presidente, Joaquim Gay de Montellà, con Artur Mas y Felip Puig. Desde entonces, el Govern ha ido apartando a Fepime de las mesas de negociación y terminó reformulando la representatividad empresarial, poniendo el marcador a cero.

Batalla legal y política

Mientras tanto, Foment ha recurrido la decisión del Govern así como la nueva representatividad, algo que obligó a Puig a retirar el decreto y dejarlo en suspenso. Además, no ha nombrado a sus miembros en el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), el CTESC y el Consell de Relacions Laborals, ya que el ejecutivo catalán le daba la mitad de la representación patronal.

La batalla también se ha librado a nivel político. En los últimos años, y especialmente desde el verano, Foment ha abandonado sus tradicionales equilibrios y Gay de Montellà se ha posicionado claramente contra los planes independentistas de Mas. Desde algunos sectores empresariales se ha considerado la preferencia del president y de Puig por Pimec como una reacción al posicionamiento del patrón de patrones en contra del procés.

El resentimiento de las fusiones fallidas

Con Pimec, las disputas tienen otra naturaleza. Parten de los múltiples intentos de fusión con Foment, que siempre han terminado en fracaso y distanciamiento entre ambas patronales. Pimec nunca ha terminado de digerir la aparición de Fepime, creada por el presidente de CEOE, Juan Rosell, cuando lideraba Foment, y ha intentado arrinconarla. La idea de Josep González en las fusiones era que Fepime desapareciera y Pimec quedara como única representante de pymes, vinculada con Foment pero con entidad propia.

Nada de eso pasó y la sentencia del TSJC terminó de cabrear a Pimec. De hecho, apareció en plenas conversaciones, durante el último intento de unión patronal, y acabó por dilapidarlo definitivamente. Desde entonces, la batalla se ha librado en los juzgados y en los despachos de la Generalitat. Y continuará…

Xavier Alegret

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