Reyal Urbis engorda la lista de cadáveres del boom del ladrillo

Reyal Urbis encara su liquidación tras recibir el no de los acreedores a su propuesta de convenio. La lista de caídos procedentes del boom del ladrillo es larga

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El comienzo de siglo arrancó en España con un auge de los precios y la demanda del ladrillo, mientras la banca otorgaba crédito fácil y cuantioso a todo tipo de proyectos. El resultado fue la aparición de numerosas sociedades inmobiliarias que, en pocos años, se convirtieron en gigantes. Gigantes sí, pero con pies de barro, se comprobaría años después.

Tras el estallido de la burbuja muchas de estas empresas entraron en una espiral diabólica, con miles de activos devaluados y una mochila de deuda incontenible. Poco a poco han ido cayendo: la última, este mismo martes. En una decisión que ya se barruntaba, los acreedores de Reyal Urbis rechazaron la propuesta de convenio presentada por la inmobiliaria, en situación concursal desde febrero de 2013. Con este paso el juez responsable del caso iniciará la liquidación del grupo, uno de los símbolos de los años del boom de ladrillo.

La deuda neta de Reyal Urbis ascendía al cierre de marzo pasado a 3.572 millones de euros, en torno a 800 millones menos que cuatro años atrás, fecha de entrada en el concurso. Pero la incapacidad para generar flujo de caja y el todavía enorme pasivo ha acabado por condenar al grupo fundado en 2007 tras la fusión de Inmobiliaria Urbis y Construcciones Reyal.

Apellidos ilustres

La declaración de insolvencia de Reyal Urbis en 2013 sólo ha sido superada en la historia de España por un ex competidor en el sector. En julio de 2008 Martinsa Fadesa acudió a los juzgados con un pasivo a cuestas de 5.200 millones, tras reconocerse incapaz de refinanciar los pagos pendientes. Aun así, gracias al gran número de activos con los que contaba, el grupo dirigido por el empresario y ex presidente del Real Madrid, Fernando Martín, logró sortear el concurso tres años después. La alegría duraría poco… A finales de 2014 Martinsa se vio abocada a la liquidación definitiva.

En julio de 2008 Martinsa Fadesa acudió a los juzgados con un pasivo a cuestas de 5.200 millones

Otro imperio inmobiliario caído en el último lustro es el grupo Nozar, en manos durante años de la familia Nozaleda. La promotora, al igual que Martinsa, sobrevivió apenas unos meses al estallido de la burbuja hipotecaria. En septiembre de 2009 un juzgado mercantil de Madrid aceptó el concurso voluntario de Nozar. En ese momento la deuda del grupo merodeaba los 2.000 millones de euros. El proceso concursal de Nozar, todavía no resuelto, está siendo largo y farragoso. Hace apenas un mes la justicia abría la puerta a la liquidación definitiva de la antigua promotora, informaba Voz Pópuli, después de años de batallas judiciales por parte de sus antiguos dueños. 

Un caso diferente, pero con un final también insospechado una década atrás, es el de Metrovacesa. La que en su momento fue mayor inmobiliaria del país fue absorbida por Merlin Properties el año pasado, después de perder por el camino los activos más golosos con los que contaba en su cartera.

Economía Digital

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