Sareb riza el rizo: vende dos veces los mismos activos

Hace un año se autovendió cuatro edificios en Madrid, los mismos que ahora ha transferido al fondo Blackstone

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Aprovechando la más absoluta opacidad de su actividad, a pesar del 45% que posee el Estado en su capital, a través del FROB, la Sareb –el banco malo presidido por Belén Romana– sigue haciendo y deshaciendo a su antojo.

Entre las últimas operaciones, la venta de cuatro edificios de oficinas en Madrid. De lo más normal, si no fuera porque los mismos activos ya fueron vendidos hace un año. Entonces, ante la imposibilidad de colocarlos en el mercado mayorista por las bajas ofertas recibidas, el banco malo echó mano de un fondo de activo bancario (FAB), el vehículo de uso exclusivo que le permite sacar inmuebles de su balance.

Yo me lo guiso, yo me lo como

Lo curioso del caso es que se trató de una autoventa en toda regla. Yo me lo guiso, yo me lo como. Comprador y vendedor, a la vez. Por una parte, Sareb ingresó 80 millones de euros en su balance, los mismos por los que se endeudó el FAB Corona. O sea, el propio banco malo, como partícipe único del fondo.

¿Cómo lo hizo? Fácil. El entramado de ingeniería financiera se articuló a través de dos vías. Una emisión de deuda del FAB por 48 millones de euros, cubierta íntegramente por Sareb, y un préstamo de 32 millones concedido por el propio banco malo al fondo. Además, Sareb otorgó una línea de crédito de 4 millones al FAB Corona para que afrontara los gastos de constitución y de inicio de actividad. En definitiva, Sareb como único titular de los valores, acreditante de la línea de liquidez y también único prestamista.

Reventa de activos

Entre enero y junio, el FAB Corona satisfizo (de Sareb a Sareb) intereses por 520.000 euros y amortizó capital por 160.000 euros. Y contaba como únicos activos financieros con 2,34 millones de euros de tesorería y con 275.000 euros de cuotas impagadas derivadas de los arrendamientos de los inmuebles. De estos impagos, 68.000 euros se clasificaban como créditos dudosos al llevar impagados más de tres meses.

Pues bien, después de todo este montaje de venta ficticia –que sirvió a Sareb para dar de baja de su balance los cuatro edificios transferidos al fondo y apuntarse los 80 millones de ingresos–, a mediados del presente ejercicio el banco malo volvió a poner en venta los cuatro edificios de oficinas agrupados en el FAB Corona.

Facilitar la exención fiscal a los fondos

Los que, ahora sí, han sido transferidos a fondos gestionados por Blackstone, el gigante estadounidense de gestión riesgo, por un importe de más de 81 millones de euros, según anuncia el banco malo.

Básicamente, a la vista de la desinversión inmediata que se está produciendo, lo que está haciendo Sareb con estos FAB no pasa, como decía inicialmente la sociedad presidida por Belén Romana, por beneficiarse de la revalorización futura del activo inmobiliario o financiero traspasado. Lo único que hace es facilitar a los inversores no residentes –los que finalmente se van a quedar con los activos– la exención de tributar en el impuesto de sociedades.

Ventas y más ventas para reducir pérdidas

Junto a la venta de los cuatro edificios a fondos de Blackstone, Sareb ha tenido que acelerar el traspaso de varias carteras de préstamos e inmuebles para paliar el agujero que, al cierre de 2014, pueden suponer tanto la nueva provisión por el deterioro de su participación en préstamos participativos como, sobre todo, la modificación en la valoración de activos que el Banco de España tiene pendiente de dictaminar.

Así, ha colocado tres carteras (Agatha, Olivia y Meridian), por un nominal de 532 millones de euros, compuestas por préstamos garantizados con edificios de viviendas protegidas en alquiler, suelos y establecimientos hoteleros. Los compradores, los fondos Hayfin, Cerberus y D.E. Shaw. Y, antes de que acabe, el año tiene pendiente de cerrar la venta de otros 234 millones de préstamos garantizados con activos residenciales y terrenos.

Asesores, encantados con Sareb

Los que no se pueden quejar de la Sareb son los despachos de abogados y asesores financieros. Cada vez que el banco malo mueve un papel echa mano de la asesoría sumamente lucrativa de estos especialistas.

En el terreno jurídico, Sareb suele repartir juego entre varias firmas (Ashurst, Cuatrecasas, Clifford Chance o Hernández-Echevarría, entre otros). No ocurre lo mismo con el asesoramiento financiero. Aquí, el negocio parece habérselo quedado en exclusiva la firma Irea, dirigida por Mikel Echevarren.

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