Aumentan las posibilidades de que CatalunyaCaixa acabe en manos de Botín

El Banco de España ve con buenos ojos que el Santander, que aún no ha sustanciado ninguna subasta del Frob, asuma el control de la franquicia catalana. Catalunya es la mayor plaza española en la que el banco no aparece entre las tres mayores entidades financieras

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Las posibilidades de que CatalunyaCaixa acabe en manos de Emilio Botín están incrementándose a medida que se acerca la subasta de la última caja catalana.

Los analistas del presidente del Santander estudian “muy atentamente” los números de CatalunyaCaixa. Y tienen motivos: el mercado catalán es de los más débiles para el banco, donde no figura entre las tres primeras posiciones, y su máximo competidor, el BBVA acaba de pasarles la mano adjudicándose Unnim.

El Banco de España ve con buenos ojos la operación por dos razones. En primer lugar, el Santander aún no ha asumido el control de ninguna de las cajas subastadas a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo) entiende que Botín debería participar en la reestructuración del sistema financiero.

En segundo lugar, la subasta de CatalunyaCaixa necesitará la participación de interesados con el suficiente músculo financiero como para presentar ofertas atractivas.

El gobernador del Banco de España, intentará evitar la concentración que supondría que el BBVA adquiriera también CatalunyaCaixa en un mercado donde ya ha anunciado 1.200 despidos derivados de la digestión de la absorción de Unnim.

El esquema de Todó

Y mientras tanto, el presidente de la última caja catalana, Adolf Todó, se deja querer. Sus viajes a Madrid se han incrementado y días atrás habría mantenido reuniones con representantes de Botín para sondear el interés real del mayor banco español hasta que el BBVA compró Unnim.

CatalunyaCaixa tiene un esquema de futuro que intentará aplicar: mantener la independencia como franquicia –con visibilidad propia– integrada en un gran grupo financiero. El marco relacional existente entre Banesto y Santander es la idea que seduce a Todó.

En clave interna, el presidente de CatalunyaCaixa podría mantener cierta cuota de poder, aunque la de su actual equipo quedaría diluida. De cara a la opinión pública catalana, CatalunyaCaixa preservaría la catalanidad. El arraigo al territorio es un factor al que los gestores de la CAM y de Unnim han tenido que renunciar.

Ismael García Villarejo

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