BBVA acusa de cuatro delitos al matrimonio que exige información sobre sus cuentas

La entidad quiere someter vía judicial a Jordi Gil y Cintia Borrell, la pareja catalana que pide sus cuentas para aclarar el caso de una herencia esfumada. BBVA quiere que la juez le prohíba enviar correos a la cúpula

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BBVA acusa de cuatro delitos a un matrimonio catalán que exige al banco aportar la información de todas las cuentas que la pareja ha tenido en la extinta Caixa Terrassa, hoy BBVA. Jordi Gi y Cintia Borrell sospechan que familiares abrieron una cuenta a nombre de Borrell para cobrar un seguro de vida de tres millones de euros que el padre había suscrito a favor de la hija, según la versión de los afectados.

Para aclarar lo ocurrido con la herencia y los seguros que nunca aparecieron, Cintia Borrell y su marido iniciaron, sin éxito, una batalla contra Caixa Terrassa, primero, y BBVA, después, para obtener una información que cualquier cliente podría tener en minutos en su agencia bancaria: sus números de cuenta.

Pero la entidad se ha negado a aportar la información al matrimonio incluso por vía judicial. La negación absoluta ha reforzado las dudas de la pareja que sospecha que familiares, en complicidad con algún trabajador de la extinta caja, cobraron un seguro de vida que beneficiaba a la hija del fallecido.

La campaña por internet

Al no obtener la información de todas las cuentas abiertas en Caixa Terrasa, la pareja abrió una batalla judicial con la que tampoco ha tenido éxito. Su frustración ha hecho que el matrimonio iniciara una campaña de presión para que BBVA accediera a detallar las cuentas abiertas por Borrell, un dato básico para esclarecer el misterio de la herencia desaparecida.

Borrell y Gil han descrito su caso en foros de internet, no han cesado de publicar su caso en webs y también han enviado cartas a la cúpula financiera. El matrimonio incluso se ha atrevido a llamar a la asistente personal del propio presidente Francisco González a quien también han enviado un burofax para exigir sus datos bancarios.

Desde entonces, la pareja no ha dejado de publicar en internet mensajes como los siguientes: «Un cliente lleva a Caixa Terrassa al Constitucional por ocultarle cuentas» y «El Banco de España ha abierto un expediente contra Caixa Terrassa por posible ocultación y el Tribunal Superior de la Fiscalía de Catalunya está estudiando el caso, ya que han salido en prensa informes de una domiciliación ilegal de Caixa Terrassa en Islas Caimán».

La denuncia

La campaña on-line contra BBVA ha sentado mal en el seno de la entidad que no dudó en lanzar un duro contraataque. A los abogados del gigante financiero no les tembló el pulso para acusar de cuatro delitos a Jordi Gil y a su mujer: denuncia falsa, coacciones, injurias y calumnias.

«Creo que ha sido una estrategia para que nos olvidemos de nuestra petición, que no es otra que tener la información de todas las cuentas que se han abierto a nuestro nombre en el banco. Los cuatro delitos de los que se nos acusa pueden sumar una pena de cárcel de seis años pero nosotros seguimos exigiendo la información para esclarecer el caso», explica Gil, demandado por BBVA. La entidad no ha querido comentar el caso debido a la política corporativa de no hacer pública información sobre sus clientes.

El fiscal ha pedido a los juzgados la absolución del matrimonio, ya que no considera injuriosos los comentarios publicados en foros y webs. Pero BBVA incluso ha pedido al juzgado que prohíba a la pareja ponerse en contacto con los responsables del banco durante los próximos cinco años. No quieren más llamadas, ni correos electrónicos ni burofaxes a ninguno de sus directivos. Intentan dejarlos sin derecho a pataleo.

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