BMN aprieta el acelerador para comprar Banco de Valencia

La Comunidad Valenciana es el talón de Aquiles de la fusión de cajas participada por Caixa Penedès. El grupo resultante contaría con un tamaño de balance de 100.000 millones, insuficiente para asegurar su vuelo en solitario

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Banco Mare Nostrum (BMN) afrontará el complejo 2012 situándose en el grupo de entidades compradoras. Una vez analizada la reforma del sector financiero presentada por el Gobierno la semana pasada, la entidad presidida por Carlos Egea ha decidido ir a por todas para controlar Banco de Valencia, actualmente intervenido por el Banco de España.

El movimiento se comunicaría al Ministerio de Economía dentro de los cuatro meses de plazo que De Guindos ha dado a los bancos y cajas para plantear su futuro en común, si el calendario del regulador lo permite. Las franquicias que se integren o fusionen lograrán mayor comprensión gubernamental y un esquema de ayudas más generoso.

La adquisición se considera clave para la estrategia del banco. La complementariedad permitiría a BMN fortalecerse en su mercado natural, el del arco Mediterráneo, ganando peso en la Comunidad Valenciana, donde ahora está poco introducido. Caixa Penedès en Catalunya, Sa Nostra en Islas Baleares, pero sobre todo Caja Murcia dan cierta relevancia en estas regiones a la fusión fría de cajas. La Comunitat es la pieza que falta para encajar el puzle.

Como la maltrecha Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Banco de Valencia se subastará. El gobernador Miguel Ángel Fernández Ordónez (Mafo para el sector) pretende que sea la siguiente franquicia en adjudicarse una vez cerrada la venta de la catalana Unnim. Las cajas comarcales tendrán nuevo dueño antes de la primavera, aunque en BMN ya habrían mostrado su inquietud al considerar que ese proceso se está alargando demasiado. Egea, por cierto, se ha auto excluido de la lista de postores de Unnim, aunque estudió el cuaderno de venta.

El tamaño sí importa

Si BMN logra cerrar la operación con éxito, el grupo resultante de la integración con Banco de Valencia se colaría en el grupo de entidades con más 100.000 millones de euros en balance. Sin embargo, todavía se quedaría lejos de las dimensiones ideales que planteó el Gobierno en la reforma del sector. Éstas se acercan más a la horquilla situada entre los 150.000 y 200.000 millones.

En este entorno, BMN plantearía además la operación del Banco de Valencia en clave de fortaleza, no sólo en tamaño. Están convencidos de que los primeros pasos de una correcta digestión de la entidad valenciana les permitiría afrontar una nueva fase de fusiones por lo que en la sede del paseo Recoletos (antiguo cuartel general de Credit Suisse en España) manejan la posibilidad de que BMN protagonice una segunda operación a partir del segundo semestre.

Ismael García Villarejo

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