Bruselas coloca a España en la lista negra del déficit
La UE cree que los presupuestos de España, Italia, Lituania y Austria para 2016 "pueden desembocar en una desviación significativa de los caminos de ajuste"
Este martes Francia ha anunciado que no cumplirá los objetivos de déficit, a diferencia de España, que dice e insiste que sí lo hará. Pero la Comisión Europea no se lo cree y la ha colocado en su lista negra de países que cree que pueden incumplir los objetivos de déficit.
Bruselas ha colocado a España junto a Italia, Lituania y Austria, entre los países que corren el riesgo de incumplir las normas de la UE con sus planes presupuestarios para 2016, según ha anunciado este martes la Comisión.
Tampoco Francia cumplirá algunos de los objetivos fiscales establecidos por los ministros de Finanzas de la UE, como ha admitido su primer ministro, Manuel Valls, pero Bruselas mirará este caso de manera distinta: los costes de la crisis migratoria y de refugiados que vive Europa serán tratados como un caso especial.
Se reafirma respecto a España
«Los borradores presupuestarios de estos países [Italia, Lituania, Austria y España] pueden desembocar en una desviación significativa de los caminos de ajuste hacia el objetivo a medio plazo», ha asegurado Bruselas.
En el caso concreto de España, que celebra elecciones en diciembre, la Comisión confirmó la opinión emitida en octubre: «Se concluyó que el borrador del plan presupuestario plantea un riesgo de incumplimiento con los requisitos para 2016. En concreto, ni el esfuerzo fiscal recomendado ni el objetivo de déficit para 2016 se prevé que se alcance», dijo la Comisión.
La CE ha añadido que había pedido a Madrid que se asegure de que el presupuesto cumple con las normas de la UE y pidió un borrador actualizado lo más pronto posible.
La ‘policía’ del déficit
La Comisión, el brazo ejecutivo de la UE, revisa los borradores presupuestarios de los países de la zona euro para ver si cumplen el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que sienta las normas de los presupuestos de la UE.
Las normas establecen que el déficit debe estar por debajo del 3 por ciento del PIB y se tiene que alcanzar un equilibrio en las cuentas en términos estructurales. Para cumplir las normas, cada año los gobiernos deben reducir su déficit estructural al menos en un 0,5 por ciento del PIB hasta que estén cerca del equilibro o con superávit.
