El Estado sólo recupera el 4,9% del coste del rescate bancario

El Banco de España actualiza la factura y eleva en 10.000 millones la inyección de dinero público; Banco de Valencia necesitó el equivalente a un cuarto de su volumen en ayudas para evitar la quiebra

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El Gobierno ha enarbolado la cifra de 43.000 millones durante toda la legislatura para referirse al rescate bancario. El ministro de Economía, Luis de Guindos, y el propio presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, son los titulares de las declaraciones que, a estas alturas, llenan los archivos de los medios de comunicación. La revisión de los importes por el Banco de España eleva, sin embargo, la factura final.

El coste real para el erario ha sido de 53.553 millones de los que, hasta hoy, ha recuperado 2.666 millones. Es decir, el 4,9% de lo entregado a las entidades por el Gobierno a través del fondo gubernamental FROB y otros mecanismos. Aún no se han contabilizado los 1.011 millones que se han reingresado de Bankia. Caixabank devolvió 977 millones de Banca Cívica que sí están registrados.

Los costes descritos hasta ahora sólo se refieren al impacto en la esfera pública. El sector privado también se mojó para evitar la quiebra de las cajas de ahorros (y de algún que otro banco). A través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGDEC), los grandes actores del sector giraron 7.942 millones. De modo que, entre lo público y lo privado, sanear el sistema financiero costó, con los números cerrados, 61.495 millones.

La nueva cifra

¿A qué se debe la revisión al alza? Para ejecutar el rescate se usaron diferentes opciones. La más abultada fue la inyección en vena de dinero. Pero además, las cajas lograron el respaldo público mediante la suscripción de productos financieros complejos que se podían contabilizar como capital. Por ejemplo, las preferentes. Ese impacto ahora sí está añadido.

La constitución del banco malo generó una tercera oleada de ayudas. Al traspasar los activos a la empresa semi pública Sareb, las cajas generaron pérdidas por la actualización del valor de los pisos y terrenos que tenían incrustados en balance. Ese agujero fue el último en cubrirse, pero ni De Guindos ni Rajoy lo admitían públicamente.

«Lo peor de lo peor»

La actualización del rescate que ha publicado el Banco de España permite también afinar el estado real de los grupos que pidieron auxilio. El por entonces gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, famoso pos sus siglas MAFO, dijo que la CAM «era lo peor de lo peor». El tiempo ha desmontado la afirmación. Aunque con matices. «Lo peor de lo peor» sigue en Valencia, pero se llama Banco de Valencia.

La entidad de la burguesía apostada en los márgenes del Túria necesitó un rescate equivalente al 25,6% de su tamaño para evitar la quiebra. CatalunyaCaixa lo sigue como segunda entidad más deteriorada (17,5%); a continuación, la gallega Novagalicia (11,7%), Bankia (8,3%); y, cierra la lista, precisamente, la CAM con el (7,4%). Por volumen de recursos aportados, el rescate lo copan el grupo madrileño (22.424 millones) y el catalán (12.052 millones).

Ismael García Villarejo

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