Jorge Fabra: “España debería seguir bajo el paraguas del BCE”

El presidente de Economistas frente a la crisis cuestiona el cierre “en limpio” del rescate financiero de los bancos

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Hay otra lectura sobre la actuación del Gobierno español, justo cuanto el presidente, Mariano Rajoy, cumple dos años en la Moncloa. España ha «logrado», porque para el Gobierno se trata de un logro, que la Troika, –formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI—dé por cerrado el programa de rescate financiero. Se trata de un crédito, “en buenas condiciones”, como aseguró Rajoy, de 41.000 millones, que ha recapitalizado el sistema financiero español, y que se deberá pagar en los próximos 15 años con un interés del 0,5%.

Sin embargo, los problemas no se han acabado. Es más, pueden acrecenntarse, según los expertos agrupados en Economistas frente a la crisis, que cuestionan cómo está gestionando el Gobierno del PP, pero, principalmente, la Comisión Europea, la crisis económica que provocó el sistema financiero internacional y que arrancó en 2007.

Jorge Fabra Utray (Madrid, 1949), es el presidente de la junta directiva de Economistas frente a la crisis, que sostiene que “la ideología sigue imperando sobre los argumentos puramente económicos». El eurogrupo anunció la pasada semana que España ya no necesitará una extensión del programa de rescate de la banca. Las autoridades europeas certificarán la decisión en enero de 2014, pero ya han considerado “un éxito” el programa que ha aplicado el Gobierno español.

Necesidad de más capital

Sin embargo, Fabra, un economista que atesora una larga experiencia en la gestión en el sector eléctrico –fue consejero de la CNE(2005-2011) y presidente de Red Eléctrica de España (1988-1997), considera, en una entrevista con Economía Digital, que España podría haber pedido una prórroga de ese rescate, aunque con otra fórmula. La idea de Fabra es que los activos de los bancos no están garantizados “porque la economía no está creciendo, y si lo hace lo hará muy lentamente”. Eso quiere decir que “el banco recapitalizado hoy puede necesitar más capital mañana”.

¿Pero qué salida podría haber? Jorge Fabra lo tiene muy claro: “se debería haber apostado por pedir una línea de crédito llamada precautoria, sin la necesidad imperiosa de utilizarla”.

Lo que apunta este economista, asociado a una izquierda socialdemócrata que se resiste a bendecir las recetas de una Comisión Europea que entiende que está entregada al Gobierno alemán, es que España ha perdido protección. “Al salir del programa, como se ha dejado que pase también en el caso de Irlanda, se pierde, en realidad, la posibilidad de solicitar que se active el programa del Banco Central Europeo de compra de bonos, el OMT”.

El cierre «en limpio»

Por tanto, “España debería seguir bajo el paraguas del BCE”, asegura Fabra, al entender que la decisión del Gobierno español, con el acuerdo con la Troika, “es un acto de fe”. La idea gráfica que apunta Fabra es que “no hay red”. Y que la decisión que se ha tomado, al no prorrogar el rescate financiero es “política, necesaria para decir que la operación ha sido un éxito”.

Fabra se queja, incluso, del vocabulario que se utiliza. “Se dice que ha habido un cierre del programa ‘en limpio’, cuando se han quedado muchas cosas por el camino: el 70% de ese rescate, de los 41.000 millones, se da por perdido, no se recuperará; el flujo del crédito no se ha reestablecido; las pruebas de estrés seguirán en 2014, a todas las entidades financieras españolas, y la coyuntura no es favorable, porque Francia y Alemania no dan señales de crecer con vigor”.

Esa es la situación financiera para los Economistas frente a la crisis, un colectivo que está trabajando para presentar alternativas y ofrecer una visión distinta a la que defienden las autoridades europeas. Fabra insiste en esa vía sobre el rescate financiero. Con la línea “precautoria”, se tendría “una especie de seguro a todo riesgo que seguiría presionando la prima de riesgo a la baja, pero sin forzar las finanzas públicas, porque la idea es que no habría necesidad de utilizarla, porque los mercados cederían”.

El problema es de «demanda interna»

Fabra considera que España experimenta un claro problema de demanda interna, y que las exportaciones no podrán compensar esa caída. Asegura que las exportaciones, en realidad, “eran mayores en 2006 y 2007”, y que los programas de austeridad “están dejando un panorama desolador en la sociedad española”. Los cálculos de Fabra es que España ha retrocedido hasta 2005, y que en 2018 estará como en 2013.

Para este economista habrá que analizar con precisión la reforma fiscal que prepara el Gobierno, y que debería ser profunda. «La recaudación fiscal está seis puntos por debajo de la media europea», recuerda.

La Europea alemana

¿El problema real? “Alemania ha conseguido una Europa alemana”. ¿Y en qué consiste? “Lo que está pasando es que cada país se está especializando, según los intereses alemanes, y los del sur deben tener, a juicio de Alemania, salarios bajos, ser la mano de obra para productos alemanes, que después exporta Alemania a los mercados mundiales”.

En esa especialización, España tiene tipos de interés muy elevados, y los países de norte “unos porcentajes muy bajos, que permite financiar su deuda de forma muy barata”.

Esa es una de las visiones de esta crisis. La otra, la del Gobierno, en la mitad de su mandato, es que España ha pasado lo peor y que se clarifica el futuro.

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