La banca española se lía con sus planes anti Apple

A la inversión de 100 millones en Bizum, la próxima plataforma de pagos por móvil del sector, la han precedido otros proyectos demasiado parecidos. Mientras, Bruselas presiona para homogeneizar sistemas alternativos a los gigantes tecnológicos

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La banca española tiene un problema. La avalancha de nuevos actores que han entrado en el mundo de las finanzas por la disruptiva vía de la tecnología ha descolocado a un sector acostumbrado a vivir en su zona de confort. Conscientes de ello, las grandes entidades del país han emprendido diversos proyectos, algunos demasiado parecidos y otros directamente fracasados.

Las esperanzas ahora se concentran en cinco letras. Bizum, la próxima plataforma de pagos y transferencias por móvil es la gran apuesta del momento. El proyecto, en el que se han invertido 100 millones de euros y en el que presumiblemente llevarán la voz cantante los tres grandes (Caixabank, BBVA y Santander), pretende abarcar el trío de operaciones que definirán el futuro de los pagos bancarios.

Primero, las transferencias entre particulares. Segundo, las compras virtuales propias del comercio electrónico. Y tercero, los pagos con el móvil en las tiendas físicas.

Dudas en torno a Bizum

Al igual que en la competencia ya existente –de Apple Pay a Samsung Pay, pasando por las apuestas de las operadoras, Vodafone Wallet y Orange Cash, por ahora– la inmediatez de estas transacciones también se da por hecho en Bizum. El problema para esta plataforma es el resto de incógnitas a resolver.

¿Cómo conseguirán enganchar al consumidor a una aplicación sin una gran marca tecnológica detrás? Y, por extensión, ¿qué tipo de comisiones se cobrarán por transferencia? Joan Antonio Ros, profesor del departamento de Finanzas de EADA, no tiene dudas sobre ello. «Cuando esto llegue a los comercios se acabarán aplicando comisiones a las tiendas», sostiene.

Para Ros, este «movimiento a la defensiva» de la banca no deja de ser, aún con su posible utilidad para el consumidor final, una especie de «by-pass a las tarjetas de débito» tradicionales. La cuestión es que no se trata del primero.  

Los antecedentes

En febrero de 2014, el grueso de los bancos españoles lanzó, con las consiguientes dosis de marketing, Iupay. Este sistema, una suerte de PayPal a la española, permite a los usuarios almacenar en una cartera virtual las tarjetas físicas, con el objetivo de que el cliente no facilite sus datos privados al portal online donde realice sus compras. Casi dos años y medio después la aplicación, todavía disponible en Google Play, no alcanza las 50.000 descargas.

Más reciente es otro proyecto impulsado por Cecabank, el banco mayorista creado a partir de la antigua patronal de cajas de ahorro, y que lleva por nombre Ealia. En este sistema de transferencias a tiempo real vía teléfono móvil, que ya está activo, repiten varios de los nombres participantes de Bizum, como Caixabank –a través de su división virtual Imagin Bank y de pagos, CaixabankPay—o Bankia, entre otros.

La presión de Frankfurt

Como en tantos otros asuntos, Europa tiene en las innovaciones financieras un motivo de preocupación desde hace años. En 2013, el Banco Central Europeo (BCE) creó el Euro Retail Payments Board (ERPB), un consejo pensado para debatir y decidir sobre los nuevos medios de pago en comercios y entre ciudadanos de la zona euro.

Uno de los objetivos, dentro de la aspiración a crear una unión bancaria, es facilitar las transferencias sin comisiones extra a lo largo de todo el continente y entre diferentes entidades.

Bajo este marco, y con el auspicio del BCE y de la Comisión Europea, se empezó a trabajar hace meses en Bizum. Lo que no implica, ni mucho menos, que esta funcionalidad esté disponible ya en otoño, última fecha de lanzamiento para el proyecto, según explican fuentes del sector.  

Otoño, a la vuelta de la esquina

Todas las voces consultadas —el secretismo sigue marcando los meses previos al lanzamiento de Bizum— reconocen sin embargo que el tiempo aprieta. Más teniendo en cuenta que Apple, el púgil de mayor peso en esta batalla, ya ha confirmado que aterrizará en España en las mismas fechas, a la vuelta del verano.  Otro de los grandes, Samsung, lo hizo hace apenas unas semanas. El combate va a ser duro y la banca todavía no sabe si va a llegar a tiempo.

Economía Digital

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