La hoja de ruta del nuevo ministro de Economía

Su prioridad será impulsar las fusiones bancarias a varias bandas para que fluya el crédito y reactivar el PIB con más competencia y libertad de horarios en los servicios

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El nuevo ministro de Economía, Luis De Guindos, tiene escrito desde hace tiempo el guión de lo quiere hacer para reactivar la economía. Saneamiento y ajuste acelerado del sistema bancario para que fluya el crédito e introducción de competencia en los servicios, vía liberalización de horarios y apertura de sectores regulados, para generar crecimiento económico. Ese será el eje de su política, devolver el PIB a tasas de crecimiento sólidas que permitan generar empleo y bases imponibles fiscales sobre las que generar ingresos para el Estado.

Hace apenas dos meses lo decía con claridad en un encuentro con la prensa: “España no tiene un problema impositivo, no se trata de reformar la base imponible, es que ahora no hay base imponible» porque no hay actividad. “El problema es que el empleo se está destruyendo. El problema es la mala percepción que tienen de la economía los empresarios y los autónomos que detrae la inversión productiva. El problema es la contracción del crédito que tiene nuestro país”.

Como elementos coadyuvantes para lograr esa reactivación, el nuevo titular de Economía aboga por reformar la negociación colectiva y crear el llamado contrato único, realizar ligeros retoques de la estructura fiscal, ya anunciados por Rajoy esta semana, y cumplir estrictamente el compromiso de déficit fijado ante Bruselas.

Pero no viviremos un remake de la política aplicada por el primer Gobierno de Aznar en 1996. La situación era distinta entonces y los fundamentales de la economía estaban bien asentados por el anterior responsable de la cartera, Pedro Solbes. No había crisis financiera y la fiscal era mucha más moderada.

Una crisis diferente a otras

El propio De Guindos lo ha comentado en las últimas semanas. «Esta crisis es diferente porque es financiera y tiene su origen en el exceso de endeudamiento, que es la peor de las crisis. La situación es más compleja que en 1996 y las recetas no pueden ser las mismas”.

Gran conocedor de la banca, su primera prioridad será el saneamiento del sector, que ha tratado ya exhaustivamente estos días con el propio Rajoy, la ex ministra Elena Salgado, Rodrigo Rato, presidente de Bankia, y con otros banqueros grandes y medianos.

El proceso va a ser vertiginoso y para De Guindos el saneamiento de la banca debe partir del reconocimiento sincero de las pérdidas inmobiliarias, la cobertura de las mismas mediante fusiones múltiples en muchos casos y la búsqueda de la eficiencia. Todavía queda cerca de la mitad del ajuste por realizar y su objetivo es transformar el mapa financiero con el objetivo de que queden entre ocho y diez grandes entidades, preferiblemente con un tamaño de balance cercano a los 200.000 millones de euros.

En el terreno laboral, el ministro considera imprescindible que el convenio de empresa prevalezca sobre otros convenios de ámbito superior, como el sectorial o provincial. La rigidez actual, y no sólo el peso de la construcción en nuestra economía, explica según él que la pérdida de empleo haya sido tan superior en España respecto al resto de Europa.

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