Pedir un préstamo para comprar un coche: ¿al banco o al concesionario?

El 60% de los créditos provienen de las casas de venta de automóviles

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Al comprar un automóvil en 2014, lo más habitual es necesitar financiación, es decir, un préstamo coche. En 2014, es posible conseguirlo de dos maneras: solicitando el crédito a un banco o pidiéndole el dinero al mismo concesionario, que seguramente ya le haya hecho una oferta al comprador. Pero ¿cuál de las dos opciones da más facilidades? y ¿hay diferencia de coste entre banco y concesionario?

Varias similitudes

Según apunta el comparador financiero HelpMyCash.com, ya optemos por un banco o por el concesionario que nos ha vendido el coche, será necesario que dispongamos de unos ahorros para la entrada, en concreto del 10% del valor del coche.

Además, hemos de saber que concesionario y banco suelen aplicar comisiones muy similares de apertura y estudio del préstamo, en general entre el 1 % y el 3 % del precio del vehículo.

Las ventajas del concesionario

Según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam), más del 60% de los créditos coche que se conceden en estos momentos provienen de las financieras de los concesionarios (en 2007 solo eran el 30 %), y esto se debe a sus muchas ventajas. Las principales son la facilidad, comodidad y rapidez, ya que no hay que realizar un peregrinaje buscando banco ni hay que volver a dar todos nuestros datos.

Además, en general, el interés aplicado en los préstamos de los concesionarios es más bajo que el de los bancos, y aceptan casos que el banco ha podido descartar.

Como última ventaja, cabe citar que suelen aceptar nuestro coche usado, sin importar la marca, a cambio de un descuento en el precio total. Es verdad que el dinero que nos dan por nuestro antiguo auto es bastante menos del que nos darían si lo vendiéramos por nuestra cuenta, pero se ahorra mucho tiempo y molestias.

Cuando el banco es la mejor opción

Sin embargo, aceptar la ayuda del concesionario también tiene muchos inconvenientes que difícilmente encontraremos en un banco. El primero, que suelen obligar a contratar seguros de vida y  desempleo, que además se pagan en Prima Única Financiada. Esto quiere decir que el coste total del seguro durante los años que nos obliguen a contratarlo se suma al valor del coche y sobre este total se aplican los intereses, lo que por supuesto los hace más altos que antes. La consecuencia es que aumenta el interés TAE del préstamo.

Por otra parte, hay que saber que los concesionarios no suelen financiar vehículos por debajo de los 6.000 euros, así que si nuestro coche nuevo es de coste inferior o de segunda mano, habrá que acudir a un banco.

También está la cláusula que aplican las financieras en sus contratos que exije la inscripción del vehículo en el Registro de Bienes Muebles para garantizar el préstamo, lo que en la práctica hace que el comprador del coche no puede venderlo ni transmitirlo hasta que no salde la totalidad de la deuda.

Otro inconveniente es que en caso de dudas o problemas, no podremos acudir al concesionario sino que tendremos que solucionarlo telefónicamente, ya que los concesionarios solo venden los coches, no gestionan productos financieros.

Por último, antes de aceptar la financiación del concesionario, hemos de saber que, al final del préstamo seguramente nos encontraremos con comisiones de cancelación y amortización anticipada que habían quedado en la letra pequeña del contrato.

Teniendo en cuenta que el mercado actual ofrece préstamos coche como el de Lendico al 6,30%, Santander al 7,70 %, Pichincha al 7,50% o ING al 7,75%, el comprador debe hacer cálculos para conocer si le vale la pena firmar un contrato a un interés menor pero con más condiciones que le obligue a pagar más comisiones y seguro.

Economía Digital

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