El Santander aplaza la factura del Popular

El Santander solo ha pagado un tercio de los costes de reestructuración del Popular y no incrementa las provisiones antes el horizonte judicial

Ana Botín, presidenta del Santander. EFE/Zipi

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El Santander ganó el 7% más el año pasado, menos de lo que esperaban los analistas por los costes de saneamiento del Popular. Aun así, el banco que preside Ana Botín solo ha repercutido un tercio de lo que calcula que le costará la integración, dotaciones a parte. Además, no ha realizado provisiones extraordinarias ante el horizonte judicial que se puede encontrar el banco, tras las denuncias contra el Popular y el Santander por la quiebra de la entidad.

El mayor banco de España destinó en el tercer trimestre 300 millones a los costes de integración, que se destinarán al primer ERE en servicios centrales, a punto de cerrarse, y al inicio de la integración tecnológica y de operaciones. En el último trimestre ya no reservó un euro más.

Cuando compró el Popular por un euro, el Santander calculó que la integración de costaría 1.200 millones de euros brutos, es decir, unos 900 millones netos. Por tanto, le quedan dos tercios del total todavía por repercutir: lo hará a razón de 300 millones por año, por lo que estima terminar de pagarlo en 2019, cuando quiere culminar la integración con el ERE en oficinas y la culminación de la integración tecnológica.

Dotaciones para insolvencia

Pero estos no son todos los costes. Los resultados del Popular en el segundo semestre de 2017 arrojan unas pérdidas de 37 millones. En parte, por los 300 millones destinados a la reestructuración, pero también a causa de las dotaciones para insolvencia, que sumaron 114 millones.

Ana Botín confirma que la marca Popular desaparecerá

Por otro lado, está la piedra en el zapato de las denuncias de algunos accionistas del Popular por la quiebra. La entidad ha recordado que ya ha cubierto parte del que podía ser posible coste con los bonos de fidelización, que tuvieron una aceptación del 78%, con un coste de 764 millones de euros, si bien el pago está previsto para dentro de siete años. El Santander no hará dotaciones extra ya que considera que las hechas hasta ahora son suficientes para encarar dichos procesos.

En la presentación de los resultados de 2017, Ana Botín confirmó que la marca Popular desaparecerá, aunque aprovechará las nuevas oficinas del banco comprado para instalar la sede social de Santander España.

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