«Hay que hacer un esfuerzo para retener a los jóvenes extranjeros que quieren trabajar en Barcelona»

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Helena Guardans, presidenta ejecutiva de Sellbytel en España, afirmó esta semana que Barcelona había perdido cierto atractivo para los trabajadores extranjeros. Este jueves, en el programa La Plaça, concretó un poco más su afirmación en un debate en el que también participaron Gonzalo Bernardos, profesor de Economía de la UB, y Josep Soler, secretario general del Institut de Estudis Financers.

En la presentación de la nueva sede de su empresa, dijo que Barcelona había perdido capacidad para atraer a los trabajadores extranjeros…

Más o menos, yo dije que se tenía que cuidar mucho Barcelona para que no perdiera su atractivo. Es muy importante la marca Barcelona para todos y para una empresa como la nuestra. Nuestra compañía tiene un 70% de trabajadores extranjeros, de los cuales un 40% viene por llamada interna, es decir, que los que están trabajando con nosotros llaman a sus amigos para que vengan aquí porque es una ciudad fantástica. Pero lo que ven y leen [sobre la ciudad] les afecta mucho y, aprovechando que estaba con representantes de medios de comunicación, dije que se tenía que hacer un esfuerzo para cuidar la imagen de Barcelona.

¿Cuál es el problema: que no escribimos bien, que hay que esconder algunas cosas, que no somos partners de ese negocio llamado Barcelona…?

No digo que se tenga que esconder nada. Sólo que a veces no se habla lo suficiente de algunas cosas pero en cambio se consideran temas estrella otras que no son tan representativas de lo que pasa.

¿Está preocupada por Barcelona?

Claro que estoy preocupada de la imagen que se está dando. Y también creo que hay cosas en la ciudad que son mejorables, por supuesto. Lo que digo es que la gente que tenemos, que ha venido de todo el mundo, está contenta en Barcelona y todos los que tenemos contratados los hemos encontrado aquí. Aunque es verdad que en este momento, la llamada interna se produce menos porque se está hablando sobre la crisis, se dice que no hay trabajo, que hay problemas de seguridad… con lo que no parece la ciudad más ideal. Nuestros empleados tienen entre 25 y 28 años y vienen a Barcelona para estar bien.

Guardans explicó que mucha gente joven viene a Barcelona “tras acabar la carrera para pasárselo bien durante uno o dos años, sin muchos problemas. A nosotros nos interesa retener a aquellos que quieren y que ven que aquí pueden desarrollar una carrera profesional, y a los que Barcelona les parece una ciudad atractiva. Pero a la ciudad también le interesa retenerlos y tenemos que hacer un esfuerzo para conseguirlo”.

Economía Digital

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