La revolución de Spotify en la música: saberlo todo de los usuarios

La plataforma digital, que dio aire a una industria ahogada por la piratería, innova con nuevas formas de ingresos por publicidad

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A cualquiera que haya usado alguna vez Spotify le ha pasado. Justo cuando uno se sumerge en el universo sonoro de su disco favorito, un elemento le sobresalta: la publicidad. El anuncio, que se dispara entre canción y canción, no dura más de 30 segundos, pero es suficiente para romper el hechizo. La culpa de todo ello –es un decir– es de Amy Vale, jefa de marketing y marca de la tecnológica, que estos días visita el Mobile World Congress. Y ella lo tiene claro: es el usuario el que elige escuchar la publicidad.

Vale hace cinco años que acude a Barcelona para la feria. «Vengo a tomar ideas, a estar conectada. Es interesante ver que están desarrollando en el mundo de las start-ups«, explica. La tecnología juega un papel casi tan fundamental como la música en Spotify. Es importante tener una buena biblioteca –los melómanos aún echan de menos los discos de The Beatles–, sí, pero también lo es saber rentabilizarla. 

Base de datos

Ella se encarga de eso. Su función es convencer a las marcas que la aplicación es el mejor soporte para llegar a los consumidores. «Spotify ha cambiado la industria musical. Ofrece un servicio que se alinea con las nuevas generaciones. No se trata de tener en propiedad, sino de tener acceso a contra más contenidos mejor», explica.

Para acometer su labor, Amy Vale tiene una herramienta de gran valor. Spotify cuenta con una gigantesca base de datos de sus usuarios. «Además de los datos básicos de registro, se consigue información de la música que escuchan. «Por ejemplo, si alguien siempre busca canciones infantiles, es muy probable que se trate de una persona con hijos», detalla. Segmentar y conocer, para que los anunciantes lleguen de forma más directa. Las variables son muchas: geografía, horas, dispositivos y hasta el mismo estilo de la música.

Publicidad intrusiva

La responsable de marketing de la compañía niega que la publicidad de Spotify sea intrusiva. «El usuario siempre puede escoger. Puede escuchar música con anuncios sin pagar, o puede pagar y conseguir una cuenta premium», dice.

En este sentido, señala que este mismo mes han lanzado un nuevo sistema que ahonda en ese camino. Se trata de insertar un vídeo comercial que se dispara entre canción y canción. El usuario puede elegir con cancelarlo o tragar con la publicidad y conseguir 30 minutos de música libre de anuncio. «La clave de todo es siempre dar opciones», dice.

Monetización, una tarea complicada

La monetización de Spotify ha sido difícil y muchos analistas aún creen que su rentabilidad es ficción. La compañía ha probado varios mecanismos desde 2011, cuando se dio el paso de intentar ganar dinero. Era el momento, después de la larga cruzada contra la piratería que realizaron varios países y que dio con el cierre de Megaupload en enero de 2012

La empresa sueca –aunque con sede en Londres– ingresó 746 millones de euros en 2013 aunque cosechó unas pérdidas de 57 millones de euros. ¿Puede Spotify ser rentable? ¿Puede salvar el negocio de la industria musical? ¿La aparición de competidores como Deezer o el futuro proyecto de música en streaming de Appel ha puesto trabas en el camino? Vale ríe y dice que esas preguntas las debe responder el fundador y consejero delegado de la firma, Daniel Ek.

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