Nin rompe corazones en la junta de Repsol mientras a Manrique no hay quién le hable

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La junta general de accionistas de Repsol ha servido para que el consejero delegado de Caixabank, Juan María Nin, despliegue sus conocidas dotes de relaciones públicas. Que el banquero tiene magnetismo para ganarse a los coincidentes de sarao es una particularidad suya muy conocida en Madrid, donde últimamente viaja más de lo habitual.

Llegado el momento de la paella en mano, es decir del cóctel posterior a la junta, a Nin se le vio hablando elocuentemente con varias accionistas y consejeras. Las damas de Repsol acudían a saludarle efusivamente. En un plano totalmente institucional y cordial se mantuvo el jefe de Nin, Isidro Fainé.

El despliegue del número dos de Caixabank contrastó con los momentos de soledad de Manuel Manrique, que tuvo que dar varias vueltas al Palacio de Congresos de Madrid para encontrar interlocutor. Finalmente logró compañero de canapé, aunque parece que las heridas del órdago lanzado hace dos años por Sacyr a Repsol aún no han cicatrizado.

Economía Digital

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