Albert Rivera y Pablo Iglesias, los protagonistas ausentes

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez evidencian con sus reproches mutuos y sus propuestas que el PP y el PSOE deberán asumir el fin del bipartidismo

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El bipartidismo está vivo. En el Congreso. Pero por ahora.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, mantuvieron este martes un duelo dialéctico duro, áspero, con reproches constantes. Rajoy le llegó a espetar a Sánchez que estaba más pendiente de Pablo Iglesias que de su propio partido, pero es que el jefe del Ejecutivo anunció medidas similares a las que había anunciado hace unas semanas Ciudadanos, la formación que lidera Albert Rivera.

Es decir, los dos grandes ausentes, Rivera e Iglesias, fueron los grandes protagonistas del debate sobre el estado de la nación, porque, al margen de lo que ocurra en menos de un año en las elecciones, los dos nuevos partidos han roto ya el bipartidismo, como muestran todas las encuestas desde los últimos meses.

¿La última intervención de Rajoy?

Los dos dirigentes criticaron la posición del jefe del Ejecutivo, al entender que la ‘venta’ del discurso económico obvia la realidad, y que Rajoy, de hecho, deberá buscar alianzas que en este momento no se vislumbran.

Rivera fue contundente, al entender que podría ser «la última intervención de Rajoy». El líder de Ciudadanos, que ha logrado crear una estructura en todas las comunidades autónomas, dio por muerto el bipartidismo. Su idea es que el PP y el PSOE van en dirección contraria a lo que necesita el país, y, por tanto, «no pueden pactar con nadie». Es el fin, a su juicio, de un Congreso que hasta ahora contaba con una representación del 80%, entre el PP y el PSOE.

Medidas estrella, ¿las de Ciudadanos?

El hecho, además, es que Rajoy anunció, entre sus medidas estrella de cara a las elecciones una ley de segunda oportunidad, aprovechando una modificación de la ley concursal, para que empresas, autónomos y familias puedan renegociar sus deudas.

Se trata de una decisión muy similar a la propuesta que presentó la pasada semana el economista Luis Garicano, que ha ‘fichado’ por Ciudadanos para elaborar el programa económico. Garicano, además, había sido una referencia para el PP, y para el propio Rajoy, cuando formaba parte del colectivo Nada es Gratis, el blog de Fedea, el think tank que en su momento pusieron en marcha las empresas del Ibex.

El Gobierno, aunque había analizado esa idea hace meses, no la ha querido anunciar, justamente, hasta este martes. Pero es que esa misma idea, una segunda oportunidad para hipotecados y endeudados, la defiende desde su origen Podemos, y también la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que lideró Ada Colau, ahora candidata al Ayuntamiento de Barcelona con la candidatura Barcelona en Comú, donde se integra Podemos. Rajoy llegó a pronunciar frases muy similares a Colau, al señalar que no se podía entender que alguien, después de perder su vivienda, hipotecada, tuviera que pagar «el remanente».

Cheques familiares

También Rajoy se ha visto arrastrado, por esos dos nuevos actores políticos, con el anuncio de un nuevo cheque familiar para familias monoparentales formadas por un padre o madre y por dos hijos. Rajoy anunció, asimismo, cheques para familias numerosas o con ascendientes o descendientes con discapacidad, una manera de reaccionar ante el complemento salarial para trabajadores pobres, que no llegan a la renta mínima, propuesto por Luis Garicano y Albert Rivera.

En el caso de Pedro Sánchez, su discurso estuvo muy marcado por el aliento de Podemos. El líder socialista sabe que pierde votantes entre los abstencionistas que dejaron de votar al PSOE, y entre los sectores más a la izquierda. Y trata de recuperarlos. Por ello, incidió en los contratos temporales, en la «precariedad laboral», agriando el discurso optimista de Rajoy.

Iglesias busca el cuerpo a cuerpo con el PP

Pablo Iglesias, precisamente, y desde Bruselas, aseguró que el debate sobre el estado de la nación evidenciaba «un país que sólo funciona en la cabeza de Rajoy». Según el líder de Podemos, «sólo se beneficien de las medidas que aplica el Gobierno los de arriba mientras que los trabajadores tienen que padecer la ineficacia de la austeridad que está llevando a la sociedad a una situación de desastre». Iglesias afirmó que era «un honor estar en la oposición», y que aceptaba el reto de ganar las elecciones frente al PP.

El problema para los dos ausentes es que queda mucho para las elecciones, y la evolución económica –que es lo que espera Rajoy– podría llevar a la reflexión a muchos votantes que ahora se decantan por Podemos o Ciudadanos, con lo que se podría salvar el bipartidismo, y la posibilidad de que llegaran a un gran acuerdo nacional.

También será un obstáculo un sistema electoral que presenta muchas circunscripciones que son, en realidad, distritos mayoritarios, porque ofrecen una media de siete diputados. Y si Podemos o Ciudadanos no llegan, como mínimo, a ser segunda fuerza en esos distritos, sólo sumarán escaños en las grandes plazas: Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla o Málaga.

Pero este martes fueron, pese a su ausencia, los grandes protagonistas en el Congreso.  

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