Mapa del poder local de la CUP

Los anticapitalistas se hacen fuertes en el área metropolitana de Barcelona, donde forman parte del equipo de gobierno de cinco ayuntamientos

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La CUP gobierna en una treintena de ayuntamientos. Entre estos está el de la tercera ciudad catalana, Badalona, con Dolors Sabater al frente, y el de la quinta, Sabadell, que desde esta misma semana tiene como alcalde a Maties Serracant. Su bandera es la remunicipalización de servicios públicos.

Los anticapitalistas tienen la llave de la mayoría en el parlamento catalán, gracias a sus diez diputados, y marcan la agenda de muchos municipios a través de sus 385 concejales. En el ámbito del Área Metropolitana de Barcelona (ABC) también forman parte de los equipos de gobierno de Cerdanyola, Ripollet y Barberà. Mandan en capitales comarcales como Berga, con Montserrat Venturós, y consiguen influir incluso cuando están en la oposición. Por ejemplo, en el Ayuntamiento de Terrassa, el gobierno socioconvergente que lidera Jordi Ballart ha tomado la bandera de las remunicipalizaciones a las formaciones que como la CUP y los Comuns están a su izquierda.

La CUP ha ganado músculo político en los ayuntamientos. Su ascenso ha sido imparable. En 2003, tan sólo contaban con diez concejales. En 2007, veinte. En 2011, ya eran 101. Y en las últimas de mayo de 2015, los 237.661 votos que obtuvieron se transformaron en 385 concejales, tres de ellos en la Comunidad Valenciana. Además, sacaron tres concejales en Barcelona y se convirtieron en la segunda fuerza en Sant Cugat (Barcelona) y Reus (Tarragona).

CUP: tiene el alcalde de la tercera ciudad catalana, Badalona, y de la quinta, Sabadell

No tuvieron representación en el parlamento catalán hasta 2012, cuando consiguieron tres diputados con David Fernández. Tres años después alcanzaron los diez diputados. En el partido insisten en que su fortaleza es local y que, si han llegado al parlamento, ha sido por su implantación municipal.

Relevo en Sabadell

Sin embargo, antes de las municipales de 2015 sólo gobernaban en pequeños municipios. Ahora están al frente de grandes ciudades como Badalona y Sabadell mediante pactos con otras formaciones de izquierda. Precisamente, en Sabadell, el republicano Juli Fernández acaba de ceder la vara de alcalde a Maties Secarrant, de la CUP. Este está imputado por presunto tráfico de influencias por permitir que una entidad local ocupase un espacio público.

Más allá de las posiciones políticas, la oposición carga contra el gobierno de Sabadell por su gestión económica. En la liquidación del presupuesto municipal de 2016 se constata que quedaron 34 millones de euros sin ejecutar. Carles Rossinyol, concejal del Pdecat, indica que este hecho retrata la mala gestión. La ciudad requiere actuaciones urgentes en la vía pública y en los servicios, pero, por “falta de previsión” en las inversiones, el Ayuntamiento se ha visto obligado a destinar el remanente del ejercicio pasado a reducir créditos. “El ministro Montoro estará contento con ellos”, señala Rossinyol, líder de la oposición en Sabadell después de que dos concejales del PSC abandonaran su grupo.

A principios de mandato, el gobierno de Sabadell anunció un plan de remunicipalizaciones. Han tirado adelante la de la zona azul de aparcamientos y la de la grúa municipal. En este último caso, se han producido despidos y el coste ha sido superior al previsto. La oposición todavía está a la espera de que se les entregué un informe sobre el servicio de limpieza viaria y de recogida de basuras, que supuestamente detectó sobrecostos por un importe de seis millones de euros por parte de la concesionaria Smatsa. De momento, no se han atrevido con las reinternalizaciones de los servicios de limpieza y agua.

Conflicto con la recogida de basuras

En Badalona, el consistorio de Dolors Sabater denunció a la concesionaria FCC Servicios Ciudadanos ante la fiscalía porque supuestamente hinchó los gastos del servicio de basuras en más de 12 millones de euros. Así se indica en la auditoría que encargaron. De momento, FCC sigue realizando el servicio.

El concejal popular Juan Fernández recrimina al gobierno de Badalona que abuse de los gestos, de los titulares de prensa y de la “política de escaparate”. Anunciaron remunicipalizaciones, pero siguen licitando concesiones. La última, la de las guarderías. Fernández pone el acento en la gestión de la Guardia Urbana. El Ayuntamiento acaba de convocar diez plazas, cuando existen 47 vacantes para un cuerpo que en estos momentos esta en cerca de 300 agentes. Se han suprimido servicios y unidades (como la ciclista, que en verano vigila las playas) por la falta de agentes.

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