Así puede espiar la Generalitat a sus 200.000 funcionarios

El organismo público tiene la capacidad de interceptar todos los correos electrónicos que llegan a sus servidores

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El método es sencillo. Los servidores de correo de la Generalitat de Catalunya pueden interceptar los mensajes que se intercambian los funcionarios catalanes o les llegan procedentes del exterior. Un proceso judicial abierto desde 2013 investiga el supuesto ‘pinchazo’ realizado por Carles Flamerich, entonces presidente de la agencia catalana de ciberseguridad (Cesicat), y Xavier Panadero, un trabajador, a los e-mails enviados por un antiguo colaborador del organismo a Felip Puig y Ramon Espadaler. Ambos, ex consellers d’Interior.

La institución pública está bajo la lupa en la investigación. Por el momento, el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona ha dictado en dos ocasiones el sobreseimiento del caso al entender que los hechos denunciados «no son constitutivos de infracción penal». Por el momento, la Audiencia Provincial ya ha ordenado la reapertura del caso en una ocasión y solicitó el testimonio, como testigos, de los dos compañeros de la desaparecida Convergència i Unió.

Actualmente, el caso se encuentra a la espera de que el Tribunal se pronuncie ante el segundo recurso presentado por el denunciante, Albert Gabàs.

Desvío de correos

A través del mecanismo, los servidores de la Generalitat, que brindan servicio de correo electrónico a los 200.000 funcionarios, pueden desviar automáticamente los mensajes a los buzones seleccionados, tanto por destino, por origen o por asunto. Sin embargo, dichos receptáculos no son inmunes a las notificaciones de recibo que se adjuntan a algunos emails.

El antiguo colaborador del Cesicat presenta hasta cinco acuses de recibo de buzones a los que no iban dirigidos los mensajes. Algunos incluso con una fecha anterior al destinatario original, por lo que queda descartada la opción del reenvío.

Moviment
(Esquema del camino realizado por los correos)

Además, la agencia tiene la posibilidad de la creación de bandejas en las que aglutinar automáticamente toda la correspondencia. En este caso se realizaba a través de filtre.altabis@gencat.cat, donde se agrupaban todos los correos enviados por Gabàs en los que denunciaba el mal funcionamiento de la agencia.

El ‘gazapo’ de Flamerich

La constatación final de la interceptación llegó cuando el director del Cesicat contestó en mayo de 2013 un mensaje del ex colaborador a los dos consellers. Lo sorprendente es que Flamerich, actualmente presidente de la sectorial TIC de Convergència, no estaba tan siquiera entre los destinatarios del correo. «Me lo ha reenviado Espadaler», se justificó. Un hecho que el actual secretario general d’Unió ha negado ante el juez.

El proceso se encuentra a expensas de la resolución de la Audiencia Provincial. De resultar culpables, los dos agentes podrían enfrentarse a penas de «entre tres y cinco años de cárcel» al incurrir en el delito 197 del Código Penal. Tendrían el agravante de ser «las personas encargadas o responsables de los ficheros, soportes informáticos, electrónicos o telemáticos, archivos o registros»

Respuesta Flamerich
(Esquema del correo contestado por Flamerich)

El Cesicat se explica ante el magistrado

Desde la entidad pública ha apuntado que «se ha dado respuesta a todos los requerimientos durante el proceso judicial» y han insistido en que el magistrado ha dictado «el sobreseimiento del caso en dos ocasiones». La Audiencia, en cambio, aceptó el primer recurso argumentando que «la única prueba practicada por el Juez instructor carece de la más mínima virtualidad probatoria».

Por otro lado, no existen más denuncias por este tipo de prácticas contra la Generalitat. Contactadas por Economía Digital, fuentes sindicales han explicado: «Nunca se ha podido probar ni documentar este tipo de actividades».

Carles Huguet

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