Bronca independentista a Torrent al grito de «¡Puigdemont, president!»

Los concentrados en protesta por los políticos presos acallan a Torrent a gritos de "¡Puigdemont, president!" ante las cúpulas de ERC, JpC y el Pdecat

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En la última etapa de CiU, cuando ya se cocinaba la fractura que acabaría liquidando Unió, cada vez que el líder de los democristianos, Josep Antoni Duran i Lleida aparecía en el escenario en cualquier acto de la coalición, el público le recibía con gritos de “In-inde-independència” y no le dejaba hablar. Y algo así le pasó este miércoles al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, en el acto convocado en Barcelona para conmemorar los seis meses que llevan ya en prisión el ex vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y el ex conseller de Interior Joaquim Forn. Solo que esta vez no se corearon gritos de independencia ni una vez. No, el grito con el que el público hizo emmudecer y descolocó a Torrent antes de que pudiera abrir la boca fue el de “¡Puigdemont, president!”.

El acto por los presos era de perfil bajo, comparado con las primeras movilizaciones que desencadenaron los encarcelamientos hace medio año. En octubre, las primeras detenciones, las de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, tuvieron como respuesta dos manifestaciones masivas en la Diagonal y el paseo de Gracia que convocaron a cientos de miles de personas. Y el 8 de noviembre, según la Guardia Urbana fueron 25.000 los congregados  en la plaza de la Catedral para protestar, ya con los dirigentes políticos también en prisión. Este miércoles, la convocatoria era en la plaza Sant Jaume, donde apretadas no caben más de 5.000. Y no las había. Pongamos unas 4.000.

Artadi, gran favorita en las apuestas para el plan D, se quedó entre el público

En todo caso, suponía una oportunidad para la comunión del soberanismo tras meses de incertidumbre y de cuitas internas en torno a la estrategia a seguir con la investidura. Así lo indicaba la masiva presencia de cargos de ERC, del Pdecat y de Junts per Catalunya (JpC). Estaban la coordinadora general del Pdecat, Marta Pascal, el adjunto a la presidencia de Esquerra, Pere Aragonès y la portavoz de JpC, Elsa Artadi. Aunque esta, gran favorita en las apuestas para el plan D de la investidura que se supone que el ex presidente Carles Puigdemont desclasificará el fin de semana, se quedó entre el público, junto con docenas de diputados independentistas.

Al escenario, junto a Aragonès, Pascal y los vicepresidentes de Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Marcel Mauri y Pep Cruanyes, subieron también el diputado de JpC Quim Torra; el ex diputado David Companyon, por Catalunya en Comú; los concejales del Ayuntamiento de Barcelona Maria José Lecha, por la CUP, y Gerard Ardanuy, en representación de Demòcrates de Catalunya, y el teniente de alcalde Gerardo Pisarello en nombre del consistorio barcelonés. Aunque solo hablaron los dos representantes de las entidades independentistas, no los de los partidos.

«Han sido capaces de cargarse el estado de derecho”, clamaba Mauri

Ambos acusaron al estado de llevar a cabo una persecución despiadada contra el independentismo. “Para acabar con un movimiento pacífico como el independentista, han sido capaces de cargarse el estado de derecho”, clamaba Mauri. “El estado y los organos judiciales han pisado de forma burda nuestra libertad”, insistía Cruanyes. En todo caso, ninguno alcanzó el nivel de visceralidad de la presentadora del acto, la actriz Carme Canet, que dijo que hace seis meses “el estado secuestró” a Forn y Junqueras y que fue su “sed de venganza” la que obligó a exiliarse a Carles Puigdemont y el resto de consellers huídos.

El número dos de la ANC consiguió suscitar la pitada de la tarde con solo mentar al delegado del gobierno en Cataluña, Enric Millo, y perfiló una enmienda a la totalidad de la justicia española, metiendo en el mismo saco las acciones judiciales contra los líderes soberanistas con las “injustas sentencias contra los chicos de Alsasua o la manada”, sin aclarar, eso sí, en qué sentido lo es cada una de ellas, como si no hiciera falta y además diera por hecho que todo su público, en tanto que independentista, piensa lo mismo que él de ambas resoluciones.

Carta de Forn y Junqueras

Tras las soflamas, llego la carta, escrita a cuatro manos por Junqueras y Forn y leída a cuatro voces por una hija del ex conseller,  la cuñada del presidente de ERC, el ex alcalde convergente Xavier Trias y el jefe de filas de ERC en Barcelona, Alfred Bosch. A Trias le tocó leer el fragmento final, y el más noticiable. El que dice: “Si vosotros persistís nosotros resistimos”. El que advierte, contra las sobreexcitaciones que marcaron la última fase del procés antes de la aplicación del 155, que “esta es una carrera de fondo en la que lo más importante es mantenerse firme y sereno”.

Se puede interpretar al gusto, claro, pero las carreras de fondo no son para gesticulantes sprinters, y ya sabemos que tanto Junqueras como Forn estan a estas alturas mucho más por el realismo que por el independentismo exprés del tenim pressa (tenemos prisa) que hasta hace nada era trendy entre el soberanismo. Y más, mucho más, por formar un gobierno efectivo que por insistir con una investidura de Puigdemont que no puede dar más que el mismo y doloroso resultado que golpear con el puño desnudo una pared maestra.

Cuando Torrent se acercó al micro, empezó el clamor, los cánticos de “Puigdemont, president!” como jarros de agua fría

Claro que está por ver que los 4.000 congregados en Sant Jaume, núcleo duro, lo vean así. Que se lo digan a Torrent, al que le tocaba cerrar el acto. Cuando se acercó al micro, empezó el clamor, los cánticos de “Puigdemont, president!” como jarros de agua fría para el presidente del Parlament, cara más visible de la sorda guerra fría que llevan semanas manteniendo Esquerra y JpC por la investidura.

Desfogado el personal, o eso parecía, Torrent intentó arrancar, pero apenas pudo soltar cuatro  palabras: “Hoy hace seis meses…” La plaza le volvió a cerrar la boca, esta vez al grito de “Ni un paso atrás”, como para que todos los líderes allí presentes tomaran nota, Torrent el primero.

Torrent recondujo como pudo el asunto: “Ni un paso atrás por la libertad de los presos»

Tratando de atemperar el evidente gesto de desconcierto, Torrent recondujo como pudo el asunto. “Ni un paso atrás por la libertad de los presos, ni un paso atrás por el retorno de los exiliados, por todo por lo que luchan y lucharán los que están en la prisión y en el exilio”, acertó a decir, y se ganó un leve aplauso. Aún le interrumpieron otra vez, con gritos de “¡Somos república!”, pero lo peor había pasado.

El descolocado presidente del Parlament cerró con una llamada a la unidad independentista que podría entenderse llamamiento a los votantes que se prevé que decidan entre el jueves y el viernes en una consulta improvisada cual ha de ser la postura de la ANC respecto de la investidura. “Este país ha avanzado cuando las instituciones y la calle hemos hemos caminado juntos, así que seamos capaces de avanzar juntos por ellos”, dijo. “Y si vamos juntos”, añadió, “ens en sortirem (lo conseguiremos)”.

‘Ens en sortirem’ es también la canción que el grupo Obeses dedicó “a los héroes del 1-O” 

Esto último podía haber sido el clímax, pero quedó como la presentación de una actuación musical. Porque Ens en sortirem es también la canción que el grupo Obeses dedicó al referéndum del 1-O y que, al parecer, emocionó a Puigdemont. “Sabes bien que aquella lucha dejó un regusto amargo / y sabes bien que la victoria es para quien toma el rumbo más largo”, reza. Y así, con esa canción y ese grupo con cantante con chaqueta amarilla, es con los que se bajó el telón.

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