Caixabank decidirá si liquida Unió o permite que siga con vida

El partido de Ramon Espadaler depende del banco de Jordi Gual, al cual adeudan cerca de nueve millones de euros, casi la mitad de su pasivo bancario

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Como en la antigua Roma, Caixabank puede levantar el pulgar o bajarlo. Decidirá la vida o la muerte de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el histórico partido democristiano que durante décadas fue socio de los convergentes en CiU.

A partir de hoy, una vez transcurrido el período de preconcurso sin haber alcanzado un acuerdo con el pool de ocho bancos acreedores, cualquiera de ellos puede forzar que el partido de Ramon Espadaler entre definitivamente en suspensión de pagos.

Ahora mismo, Unió se encuentra en un limbo. Ha superado el plazo máximo de cuatro meses de preconcurso y sigue negociando con la banca una condonación de la mayor parte de una deuda que alcanza los 19 millones de euros.

En este proceso, Caixabank está en condiciones de decidir la suerte de Unió porque le adeuda cerca de nueve millones de euros, casi la mitad del pasivo total.

Si el partido que lidera Espadaler entra en concurso de acreedores, Caixabank necesitaría tan sólo el acuerdo de otro de los siete bancos acreedores para superar la mitad del importe reclamado y, de esta forma, imponer sus condiciones al resto, tal como establece la normativa concursal.

El pool de bancos acreedores está formado por Caixabank, que roza los nueve millones de euros; el Santander, con otros 3,7 millones; BBVA (que ha heredado los créditos de CatalunyaCaixa), con tres millones; IberCaja, con uno; CEC, con uno; Banc Sabadell, con 800.000 euros; Banco Popular, con 600.000 euros; y Kutxabank, con 400.000 euros.

Acuerdo «con todos» los acreedores

En declaraciones a Economía Digital, fuentes de la dirección de Unió aseguran que confían alcanzar en las próximas semanas un acuerdo «con todos los acreedores» y subrayan el término «todos», para indicar así que no negocian únicamente con Caixabank ni buscan un acuerdo bilateral con la entidad que preside Jordi Gual.  

Estas fuentes declinan dar más detalles de las negociaciones con los bancos y no confirman ni desmienten que les hayan planteado una quita por la mayor parte de la deuda.

No obstante, un ex dirigente democristiano insiste en que «están en manos de Caixabank» y que el partido solo puede hacer frente a una «pequeñísima parte» de la deuda con lo que obtengan de la venta de su sede central. Si la banca no lo acepta, Unió se verá abocado a su liquidación.

La ley de financiación de partidos políticos limita severamente la condonación de las deudas bancarias, que no pueden superar los 100.000 euros anuales. No obstante, en esta ley no se contempla la posibilidad de que un partido se acoja al concurso de acreedores.

Unió contrata a Miquel Roca

Unió ha contratado el despacho de abogados de Miquel Roca para que les asesore en la negociación con los bancos. Roca fue secretario general de Convergència y, en otro tiempo, enemigo acérrimo de Josep Antoni Duran Lleida.

Fuentes de la dirección del partido insisten en que, en estos momentos, «lo que más nos preocupa son los trabajadores», que acumulan dos mensualidades sin cobrar. Estas fuentes confirman que se ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) ante las autoridades laborales de la Generalitat, pero evitan precisar a cuantas personas afectará porque «todavía se está negociando».

Unió cuenta en estos momentos con menos de 30 empleados y está pendiente de la venta de su sede central de la calle Nápoles de Barcelona. Diversas inmobiliarias se han interesado por el inmueble, pero no se ha llegado todavía a un acuerdo.

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