Convergència admite culpas (pero no todas) en el caso Palau

El abogado del partido rebaja a tan sólo 2,4 millones de euros el beneficio obtenido a través de la institución cultural cuando la presidía Fèlix Millet

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En la última sesión del juicio del caso Palau, el abogado de Convergència, Javier Melero, mantuvo que el partido no se ha beneficiado de comisiones ilegales por la adjudicación de obra pública y que, de haber existido tráfico de influencias, delito que rechaza, el lucro sería de 2,4 millones de euros y no de 6,6 como plantea la fiscalía. El caso ha quedado visto para sentencia.

El fiscal anticorrupción Emilio Sánchez-Ulled considera a Convergència responsable civil a título lucrativo por el saqueo del Palau de la Música. Por este motivo solicita que aporte como decomiso 6,6 millones de euros. Extiende esta responsabilidad a la formación heredera, el Pdecat, presidida por Artur Mas.

El abogado Xavier Melero resta del decomiso solicitado por el fiscal los importes en efectivo que supuestamente recibieron sus tesoreros: Carles Torrent, fallecido en 2005, y Daniel Osàcar. El letrado insistió en que no se ha cometido tráfico de influencias y en que no se puede acusar al partido de cobrar comisiones de la constructora Ferrovial porque no se ha acusado ningún funcionario público.

Melero reconoció, sin embargo, que desde el Palau de la Música se desviaron fondos a la convergente Fundación Trias Fargas y que se pagaron facturas de proveedores del partido. Entre estas facturas se encuentran las de las empresas que se encargaron del buzoneo de publicidad electoral de la extinta CiU. El abogado relacionó el cambio de nombre de Convergència por Pdecat con la “sensibilidad” con la corrupción.

Convergència intenta reducir su responsabilidad a tan sólo 2,4 millones de euros. El partido antecesor del Pdecat depositó en su momento las escrituras de quince sedes como fianza.

Osàcar se protege con la Bíblia

En su derecho al uso de la última palabra, Osàcar tildó de “elucubración” las tesis del fiscal de que intervino en el cobro de comisiones ilegales de Ferrovial. Se proclamó “Honesto, íntegro y honrado”. “¿Cómo puede alguien imaginar que yo haya podido participar en el saqueo del Palau?”, preguntó dirigiéndose al tribunal. Osàcar, a punto de cumplir 82 años, trufó su discurso de alusiones a la Bíblia y se declaró católico y creyente.

Félix Millet y Jordi Montull declinaron el derecho a la última palabra. Sin embargo, la hija de este último, Gemma Montull, exdirectora financiera del Palau, se ha extendido en declaraciones ante los periodistas. Ha dicho que “no tengo miedo de ir a la cárcel, nadie se muere por ir” y que tiene plena confianza con la Justicia.

Caso Palau: la defensa de Convergència rebaja el lucro obtenido a 2,4 millones de euros

El fiscal rebajó para ella la petición de veintisiete años y medio de prisión a sólo tres, uno de ellos conmutable por multa. Se le han aplicado los atenuantes de confesión (acusó a Convergència) y reparación del daño. Indicó que entre los acusados no estaban “todos los que tendrían que estar”, sin precisar a quién se refería.

Economía Digital

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