Cifuentes, como Aguirre, niega a familias modestas 10 millones comprometidos

La presidenta madrileña mantiene una ley de su antecesora que, en 2012, impidió que 20.000 afectados recibiesen las subvenciones públicas pagadas por el Estado para reformar sus antiguas viviendas. Se endeudaron confiando en recibir la ayuda que nunca llegó.

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«Confío en que comprenda que en este momento no estamos en disposición económica ni contamos con los fondos necesarios para derogar el mencionado artículo ni ninguno de los que integran dicha Ley». Y punto.

Con estas escuetas cuatro líneas de una carta remitida por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, a la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm), el gobierno regional ha zanjado la polémica suscitada por el impago de unas ayudas, de unos 10 millones, que 20.000 vecinos de barrios modestos llevan años reclamando.

El dinero se fue a otro lado

El dinero, en forma de subvenciones, salió en su día de las arcas del Estado y fueran a parar a las de la Comunidad de Madrid. Pero ahí quedó la cosa. El último trámite, el de transferir las ayudas a los vecinos, nunca llegó a consumarse.

Se desvió hacia otro lado. Un extremo que, a raíz de una querella presentada el pasado mes de octubre, está siendo investigado por el juzgado de instrucción 36 de Madrid. Y que tiene en el ojo del huracán a Pablo Cavero, actual concejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid y exconsejero regional de Vivienda, por una supuesta malversación de 85 millones recibidos por el Estado.

Temores certificados

Los vecinos ya se lo temían. Como en ejercicios anteriores, tampoco en los presupuestos de 2016 figuraba esta partida. Y, ahora, la escueta misiva de Cifuentes lo ha venido a corroborar. Ha preferido dejar las cosas como están, sin derogar el polémico artículo 20 de la Ley de Presupuestos de 2012, por el que se suspendían los decretos reguladores de ayudas a la vivienda de 2001 y 2005, que meterse en camisa de once varas.

En la práctica, el artículo ponía fin al cheque vivienda y a las subvenciones a la rehabilitación y recortaba uno de los planes de los que la expresidenta Esperanza Aguirre más solía ufanarse, como era el de las ayudas para la instalación de ascensores.

Posibles embargos

Y todo con efecto retroactivo, de manera que aquella subvención de hasta el 70% del valor con un máximo de 50.000 euros por ascensor, se quedaba en el 25% y con un límite de 15.000 euros. 35.000 euros de un plumazo que se quedaron en el aire.

Un dinero que las familias, en muchos casos, habían financiado confiando en que las ayudas comprometidas les serían reintegradas, y que, ahora –ya hay algún caso– pueden acabar siendo embargadas tanto por las entidades financieras como por las propias constructoras, las que ejecutaron las obras confiando en cobrar cuando las subvenciones fueran satisfechas a los vecinos.

Entre las zonas más afectadas por este recorte se encuentra la Ciudad de Los Ángeles, donde el 40% de los ascensores colocados al amparo de estas ayudas se quedarán con el 70% de lo prometido.La rotundidad de la respuesta de Cifuentes ha sorprendido un tanto a los responsables de la Fravm.

Asunto saldado

«Antes, eran más ambiguos, y se dejaba la puerta abierta a una posible solución al tema. Ahora no. Se da por finiquitado y punto. No hay dinero y no se va a pagar, comenta Vicente Pérez, responsable de Urbanismo y Vivienda de la federación, quien cree que «Cifuentes entiende que se trata de un asunto del pasado y lo da por saldado».

El último intento de llegar a un acuerdo se puso sobre la mesa el pasado mes de octubre, cuando la Comunidad de Madrid firmó con el Ministerio de Fomento su adhesión al plan estatal de vivienda 2013-2016 –el conocido como el de las 3R: rehabilitación, regeneración y renovación–, y la Fravm trató de haver ver al Gobierno regional de que, antes de hacer uso de los 71 millones de las ayudas de este nuevo plan, sufragara lo adeudado de planes anteriores. Está claro, a la vista de la respuesta de Cifuentes, que la Comunidad de Madrid no va por ahí.

La falta a la palabra dada ya ha puesto en alerta a algunos ciudadanos, que, al ver lo ocurrido, se lo van a pensar muy mucho a la hora de solicitar las ayudas a la rehabilitación contempladas en el nuevo plan. «Tal y como están las cosas, viendo que sus vecinos finalmente no cobrarán el dinero apalabrado, están dudando de embarcarse ahora en la reforma de sus casas», apunta un portavoz de la Fravm.

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