El Govern fracasa en su intento de crear un registro de lobbies 

Medio año después del lanzamiento del portal público, sólo 14 organizaciones aparecen registradas. Las exigencias para su funcionamiento, contempladas en la ley de Transparencia catalana, se han diluido con el tiempo

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En los últimos años, la demanda de transparencia en la administración pública por parte de la ciudadanía no ha parado de crecer. Aun así, los pasos dados hasta ahora en España han sido muy cortos –sobre todo si se comparan con la realidad de países del centro y norte de Europa. Además de bastante ineficaces.

Cataluña se convirtió en 2014 en una especie de pionera de este movimiento, con la aprobación de una ley de Transparencia ambiciosa y que contemplaba la creación de diversos registros de grupos de presión (o lobbies, por su denominación anglosajona) en los diferentes niveles de la administración catalana.

En octubre pasado, la Generalitat cogió el guante y creó el primer registro de este tipo del Estado. Seis meses después, el experimento, o el intento, deja un balance muy pobre.

Sólo 14 lobbies inscritos

Hasta el momento, apenas 14 organizaciones se han registrado en su portal. Aunque otras 26 han solicitado una inscripción que se encuentra en curso, según se observa en la web del registro, abierta al público. Esta falta de interés contrasta con la aceptación que ha tenido el registro abierto ahora hace un mes por la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC). El regulador acumula ya más de 100 organizaciones inscritas.

Entre los escasos lobbies controlados por el Departament de Justícia, la cartera responsable de la iniciativa, aparecen varias asociaciones catalanas, de sectores muy diversos, como Acaes, que agrupa a las empresas de seguridad o Acede, patronal de directivos. También una ONG (Intermon Oxfam) y Reinicia Catalunya, entidad de la que forman parte las principales organizaciones independentistas de la sociedad civil (desde la ANC a Òmnium).

Entidades no catalanas

A nivel español (el objetivo del registro es agrupar a organismos que «lleven a cabo actividades susceptibles de influir en la elaboración de leyes (…) o en la elaboración y aplicación de políticas públicas» impulsadas desde la Generalitat, sin importar su procedencia), la presencia es todavía más testimonial.

La consultora de comunicación Kreab, primera en registrarse en el portal, Ecoembes, sociedad sin ánimo de lucro dedicada a promover el reciclaje, y Unespa, la patronal de las aseguradoras, son casi las únicas entidades con intereses y acciones más allá del territorio catalán inscritas en esta lista.

Rebaja de las exigencias

El otro gran problema con el que se ha encontrado esta iniciativa es el hachazo a algunas de las exigencias iniciales. A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con el registro de lobbies de la Comisión Europea, referencia en este campo, su homólogo catalán no publicita las reuniones que estas organizaciones han tenido con representantes del gobierno catalán. De hecho, este apartado no existe en la información suministrada por cada lobby.

Del mismo modo, los datos aportados por la mayoría sobre sus comunicaciones con autoridades o empleados públicos son un cúmulo de generalidades. Un buen ejemplo es la descripción que hace la ficha de Reinicia Catalunya sobre sus actividades ‘lobbistas’:

«Todo tipo de comunicaciones, reuniones, contribuciones y audiencias con todo tipo de autoridades y empleados, cuando sea pertinente o para conseguir los objetivos de Reinicia Catalunya».

Economía Digital

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