El «procés» boicotea los JJOO de invierno que busca Barcelona

Barcelona renuncia a presentar candidatura para 2026 ante el marco político catalán, pero deja la puerta abierta a hacerlo más adelante

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La comisión de estudio de la candidatura de Barcelona para los Juegos de Invierno ha acabado sus deliberaciones. Todavía no ha redactado las conclusiones, pero diversas fuentes apuntan que el ayuntamiento de Ada Colau renunciará a presentar candidatura para la cita del 2026. Fuentes de la comisión de estudio de la candidatura explican que la opción por ahora es “inviable” debido «la complejidad de la situación política catalana»; si bien se dejará la puerta abierta a hacerlo el 2030 o, incluso, más adelante. Jaume Assens, teniente de alcalde y responsable del área de deportes, confirma a Economía Digital que la ciudad deja sus opciones en tiempo muerto. 

Cuando conquistaron la alcaldía, desde Barcelona en Comú, la formación de Colau, se dejó bien claro que no apoyarían la organización de unas olimpiadas de invierno, con sede en Barcelona y en el Pirineo catalán, porque sus prioridades se centraban en la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Ahora matizan su posición. No les convence el proyecto ni optarán a la cita del 2026, pero no se cierran a negociar la candidatura de Barcelona para convocatorias posteriores.

Barcelona en Comú firmó hace un año un pacto de gobierno con el PSC, que defiende los juegos de invierno desde que el exalcalde socialista Jordi Hereu propuso en 2010 que la ciudad optase a organizarlos. Ahora, otro socialista, el teniente de alcalde Jaume Collboni, preside la comisión municipal que estudia la candidatura olímpica, si bien su coordinación corresponde David Escudé, también socialista, que es el actual comisionado de deportes. El cambio de actitud del entorno de Colau, de no dar por imposibles unos juegos de invierno, se atribuye a sus socios socialistas.

La candidatura debería contar con la aprobación del Ayuntamiento de Barcelona, de la Generalitat y del Comité Olímpico Español (COE). Además, se debería presentar ante el Comité Olímpico Internacional (COI) antes de que el próximo septiembre finalice el plazo. Resulta improbable que el COE, que preside Alejandro Blanco, convoque una asamblea extraordinaria para aprobar la nominación de Barcelona cuando, precisamente para septiembre, el gobierno catalán ha anunciado un referéndum de independencia, según las fuentes consultadas.

Incertidumbre por el anuncio de referéndum

Estas fuentes indican que, ante la incertidumbre generada por el «procés«, es preferible aparcar la candidatura de Barcelona a la espera de un momento más propicio. Desde que Hereu lanzó la propuesta para organizar los juegos del 2022, Barcelona nunca ha contado con suficientes apoyos políticos. Su sucesor, Xavier Trias, recogió el guante, pero aplazó la cita al 2026 y destituyó al socialista Enric Truñó como coordinador del proyecto. Truñó fue concejal de deportes durante los Juegos Olímpicos de 1992 y miembro del COE. Sin Truñó, Trias no pudo madurar la nominación de Barcelona.

En febrero del año pasado se constituyó una comisión de estudio, con presencia de todos los grupos políticos municipales. Nació con mal pie. A su primera reunión no acudió ningún representante de ERC, PP ni de la CUP. Precisamente, los anticapitalistas son los más reacios a los juegos de invierno. Cuando esta cuestión llegó al pleno, el concejal Josep Garganté lanzó billetes de 500 euros sobre el hemiciclo. Evidentemente, eran falsos. El concejal de la CUP dijo que eran para “comprar” a los miembros del COI.

En total, la comisión de estudio se ha reunido siete veces. Ahora le toca redactar las conclusiones, que irán en la línea de lo expuesto: no se presentará candidatura para el 2026 y, para más adelante, ya se verá. Eso sí, en última instancia serán los ciudadanos quienes lo decidan mediante una consulta. 

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