Iceta desarbola a los críticos con su propuesta sobre el derecho a decidir

Logra el aval del alcalde de Lleida, Àngel Ros, que le pide una ejecutiva “plural”

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Miquel Iceta ha insuflado un aire nuevo en el PSC, pese a ser uno de los dirigentes más veteranos del partido. Mientras busca los 2.000 avales para ser candidato a la primera secretaría del partido, en las elecciones del 13 de julio donde votarán todos los militantes, Iceta ha puesto el acento en el derecho a decidir.

No hay cambios en la hoja de ruta del partido, pero sí una mayor determinación y claridad: Iceta es partidario de votar, quiere votar sobre el futuro de Catalunya, pero no está a favor de la doble pregunta que acordó el President Artur Mas.

Y, ante esa tesitura, quiere marcar un camino que puede concitar el consenso entre los socialistas: el PSC votará a favor de la ley de consultas que está tramitando el Parlament, si el Consell de Garanties Estatutàries la avala.

Ley de consultas

En eso están de acuerdo desde Iceta, hasta Celestino Corbacho o Àngel Ros, el alcalde de Lleida, y gran esperanza blanca, en los últimos meses, de una parte del sector crítico, el mismo que él había liderado, Agrupació Socialista, y que agrupa a ex consellers, como Marina Geli, o Antoni Castells.

El PSC, con Iceta, explicará con mayor contundencia esa posición, que contrasta con la del PP o Ciutadans, que no quieren saber nada de la ley de consultas. Pero a esa ley, que se basará en el artículo 122 del Estatut, y que no fue anulado por el Tribunal Constitucional, no se pueden oponer los socialistas catalanes, otra cosa es la utilización que haga el President Mas de ella. Y si Mas convoca un referéndum soberanista, con la doble pregunta encadenada que pactó con ERC, ICV y la CUP, entonces el PSC lo rechazará.

El PSC no es el PP

¿Es una posición difícil? No es de blanco o negro, porque el PSC nunca ha sido de blanco o negro. Una ley de consultas es un avance en una democracia liberal, profundiza la participación, y los socialistas la apoyan, pero el proyecto para Catalunya se basa en una reforma de la Constitución, de corte federal, y en eso insistirá Miquel Iceta.

El ex conseller de Política Territorial, Joaquim Nadal, muy crítico con la dirección del anterior primer secretario, Pere Navarro, –y criticado por esa dirección al entender que no fue fiel a la cúpula que surgió del congreso del PSC de 2011—ve ahora con buenos ojos la propuesta de Iceta.

Con ello, el sector crítico, con todas sus variantes, ha quedado tocado. Sólo ha decidido dejar el partido el todavía diputado en el Parlament, Joan Ignasi Elena, líder de la corriente Avancem. Ese grupo de socialistas decidirán en la próxima asamblea, el día 28, si Elena debe o no abandonar su escaño.

Críticas a Ros, por apoyar a Iceta

El resto, los ex consellers, salvo alguna personalidad, como Montserrat Tura, quiere esperar los primeros pasos de Iceta, si es finalmente elegido, algo que nadie duda en estos momentos. El alcalde de Lleida, Àngel Ros, ha ofrecido el aval a Iceta, reclamándole que acabe organizando una dirección ejecutiva “plural e integradora”.

Pero la reacción en ámbitos soberanistas tras la decisión de Ros, indica que el PSC de Iceta –que seguirá muy tocado—podría volver a ser importante. En determinados círculos se hacen encuestas sobre si Ros sólo se ha movido a favor de Iceta para conservar su plaza de alcalde en Lleida, y le acusan de “cambiarse de chaqueta”.

La cuestión determinante es que Iceta no quiere ser candidato del PSC a las elecciones al Parlament. Ni quería serlo hace dos años. Y ahora ha podido aprovechar la ocasión para ser primer secretario, buscando, únicamente, reordenar el partido para colocarlo en la centralidad de la política catalana, marcando su acento propio.

¿Por qué Iceta no fue primer secretario en 2011?

¿Y por qué ahora? En 2011, hasta 22 dirigentes del PSC le dijeron a Iceta que no podía ser primer secretario. El partido eligió a Pere Navarro porque el PSC entendía que no podía haber una bicefalia, que no podía tener un primer secretario y un candidato a la Generalitat. Y, con Navarro, se apostó por mantener esa ortodoxia: primer secretario y candidato a las elecciones. No ocurrió así en tiempos de Pasqual Maragall candidato, y José Montilla primer secretario, pero sí durante años con Raimon Obiols al frente.

Eso ha cambiado. El PSOE podría caminar en la misma dirección. Eduardo Madina y Pedro Sánchez compiten para ser secretario general del partido. Y los dos, aunque con matices, apuestan por convocar primarias para elegir al candidato a la Moncloa.

Iceta está en la misma línea, y, por eso, puede ahora aspirar a dirigir el PSC.

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