La CUP relega ahora a Mas al papel de embajador del proceso

Los anticapitalistas, que se emplazan al 27 de diciembre para tomar su decisión definitiva, piden que Romeva sea el nuevo president

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Desde hace varias semanas, en el Parlament se respiraba la idea de que el pacto ya estaba hecho y de que la CUP se avendría a hacer  presidente a Artur Mas para avanzar en el proceso de independencia. Se decía que sólo quedaba un escollo: la asamblea de la formación anticapitalista. Pero todo indicaba que ese obstáculo se superaría.

Pero el domingo 1.200 simpatizantes de la CUP se reunieron en Manresa e insistieron, aunque su opinión no era vinculante en dar calabazas a Mas. Los antisistema rechazan al líder de CDC, ahora Democràcia i Llibertat, porque lo vinculan con la corrupción, los recortes y las privatizaciones.

Asamblea de la CUP el 27 de diciembre

Esa idea que se respiraba por el Parlament consistía en que la investidura de Mas se pudiese celebrar antes del arranque de la campaña para las generales, es decir, antes del viernes. Pero la asamblea de Manresa ha puesto las cosas del revés. De momento, ese acuerdo no se ha materializado. Y aunque el pacto no es imposible, sí se demorará hasta después de los comicios españoles.

Los de la CUP volverán a reunirse, esta vez en una Asamblea Nacional, el 27 de diciembre. En ese encuentro tomarán la decisión definitiva, porque el tiempo se agota. El 9 de enero acaba el plazo estatutario para que Cataluña tenga nuevo presidente. Si para ese día no hay acuerdo, con convocarán nuevas elecciones autonómicas de forma automática.

Un ex presidente autonómico por la república independiente

El único escollo de verdad para que ese acuerdo no vea la luz es todavía el nombre de Artur Mas. Los de la CUP proponen ahora que se convierta en una especie de embajador del proceso independentista que vaya por el mundo cantando las virtudes de la secesión de Cataluña: «Así se le visualizaría como el ex presidente autonómico que trabaja para la construcción de la república independiente», mantienen los antisistema.

Además, la CUP ya da un nombre «concreto» para ocupar la presidencia de la Generalitat, Raül Romeva, pues consideran que su figura también podría atraer hacia los postulados independentistas a Catalunya sí que es pot y «ampliar así la base que apoya el proceso».

Presidencia compartida

No obstante, los de la formación de Antonio Baños no quieren que Romeva tome el mando por su cuenta y riesgo. Mantienen la idea de una presidencia compartida por tres personas que se encarguen respectivamente de las áreas de Emergencia Social, Proceso Constituyente e Internacionalización del proyecto republicano.

Los anticapitalistas saben que esa presidencia colegiada no está prevista en el Estatut, que sólo contempla que haya un presidente de la Generalitat acompañado de un vicepresidente o un conceller en cap. Pero como en la CUP son muy dados a saltarse las leyes apuestan «porque este liderazgo político se fije en el mismo pleno de investidura, proponiendo que se invista al mismo tiempo a los tres presidentes, compartiendo la intervención y generando imaginario colectivo y mancomunado desde el primer momento».

Voces a favor de nuevas elecciones

Y mientras en Junts pel sí se mantienen unidos en su apuesta por Artur Mas como president. Tampoco tiran la toalla de las negociaciones. Seguirán hablando, intentarán que la CUP dé su brazo a torcer, pero en su encorno mediático, sobre todo en el de CDC, actual Democràcia i Llibertat, ya se empieza a notar el hastío y son muchas las voces que demandan que se termine ya con estas tensas negociaciones y se convoquen nuevas elecciones.       

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