La Generalitat se carga al Estado de bienestar

La prórroga de los presupuestos catalanes no afectará a Hacienda y Exteriores, pero sí perjudicará a los programas sociales, educativos y sanitarios

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El Govern hizo su elección. La ausencia del presupuesto 2016 por la enmienda de la CUP han llevado al gobierno catalán al límite de su ideología real: priorizará las estructuras de Estado frente a los departamentos de Educación y Sanidad, el corazón del Estado de Bienestar.

La vicepresidencia económica coloca el foco en las dos primeras estructuras de Estado que ha puesto en marcha el gobierno de Carles Puigdemont: el Departamento de Relaciones Exteriores y la Agencia Tributaria Catalana, a las que el Presupuesto prorrogado tratará de dotar con 50 millones de euros cada una, tal como contemplaba la Ley de Presupuestos para 2016.

Los presupuestos de la Generalitat para este año consolidaban el despliegue de la administración tributaria. Eran la primera piedra para la plena asunción de los procedimientos de recaudación ejecutiva con vistas a una gestión total de todos los tributos.

El segundo eslabón del republicanismo virtual es la política exterior, en la que su responsable, Raül Romeva, quiere reforzar la actividad de las embajadas catalanas, pese a que el Tribunal Constitucional suspendió en febrero las competencias que el gobierno catalán atribuyó a su departamento de Exteriores.

El acelerador sobre la Agencia Tributaria

Las cifras del vicepresidente y consejero de Economía, Oriol Junqueras, sentencia que las cuentas de 2016 tenían «sentido de Estado», porque el mandato del ejecutivo es llevar a Cataluña «hasta la independencia» y hacerlo «tan bien y deprisa» como sea posible.

Junqueras mantiene ahora su palabra como lo prueba el hecho de que, a pesar del socavón de la CUP, Economía ha firmado con los sindicatos mayoritarios de la Agencia Tributaria Catalana la recuperación de las pagas pendientes desde 2012. Con prórroga o con decretos ad hoc, la Hacienda catalana quiere avanzar en el control del fraude fiscal y la mejora de los servicios al contribuyente.

En materia de Exteriores, el govern mantiene aspectos muy discutidos como la asignación de 2,6 millones para Diplocat, el consejo de la diplomacia pública catalana, y los 1,7 millones para actuaciones de difusión del Memorial Democrático.

Bloqueo de la CUP

Por primera vez en muchos años, la Generalitat presentó unas cuentas expansivas, de marcado carácter social con un incremento de 874,3 millones de euros de gasto social -sobre 1.113,4 millones globales- por parte de los diferentes departamentos y con mejoras sustanciales al plan de choque para atender a la emergencia social, que sumaba 285,3 millones.

Pero la CUP arruinó su intención, y ahora, en plena decadencia, el grupo asambleario se cae a pedazos con la dimisión de parte de su ejecutiva, mostrando la verdadera faz de una debilidad ideológica que engendra monstruos.

Los niños de la calle, los enfants méchants del soberanismo catalán, hijos espurios de los patricios convergentes, han sido son capaces de cargarse el documento más progresista del govern ante la sonrisa cómplice de  Puigdemont y la mirada etrusca de Artur Mas. Pero, acto seguido, estos mismo cupaires apoyan a los médicos y maestros que reclaman en la calle los fondos que ellos han bloqueado. Es el desnorte de los consentidos, se llamen Gabriel o respondan a esfinges meritorias arrepentidas, como Fernández, Fuster o Antonio Baños.

Efectos de la falta de presupuesto

Las consecuencias de no tener presupuestos han comenzado a notarse en forma alarmante entre sanitarios y los maestros. Estos colectivos se han levantado por miedo a que no lleguen los nuevos recursos prometidos y a la perpetuación de los tijeretazos de los últimos años. Una circular del Departamento de Enseñanza avisando a los centros escolares de que algunas de las mejoras prometidas el curso que viene no se podrán llevar a cabo, ha encendido todas las alarmas. «Al no disponer del aumento presupuestario de 211 millones de euros que preveían las nuevas cuentas, algunos aspectos que se querían solventar tendrán que quedar en la reserva», reconoce el Departamento.

Tampoco se reabrirán centros de atención primaria (CAP) cerrados, ni los profesionales podrán recuperar las condiciones salariales que han ido perdiendo durante los últimos años. Las inversiones para investigación y mejora de equipamientos también se verán reducidas. Asimismo, «la falta de presupuestos repercutirá en las políticas sanitarias y lo acabarán pagando los profesionales y los pacientes», dicen en Metges de Catalunya

Apuesta por Hacienda

En el anteproyecto del vicepresidente Junqueras, las estructuras de Estado ya estaban bastante primadas. Ahora, una vez tumbados los presupuestos en el Parlament (con el carácter irrevocable de una ley), los recursos destinados a Política Exterior y al desarrollo de la Hacienda catalana, más cuantiosos que diversas partidas sociales, tendrán su oportunidad en una batería de decretos ley en los que govern tratará de poner nombres a las partidas del ingreso que se quedan huérfanas.

Esta vez no se podrá aplicar a Ley de Acompañamiento, precisamente porque nos hemos quedado sin ley. El socorrido ómnibus anual pierde valor gracias a la muchachada negacionista que está siendo «fagocitada por el procés», en palabras de Gabriel Rufián, el hábil vocero del republicanismo catalán en España.

La oportunidad perdida

Junqueras parte de la base de que se ha perdido una ocasión de oro, gracias a la bonanza en los mercados de materias primas y a los bajos tipos de interés. El capítulo de ingresos previsto para los presupuestos de 2016 no dependíaen ningún caso de la negociación política con el Estado, como en años anteriores, ni de posibles privatizaciones o venta de patrimonio, el recurso asfixiante del anterior conseller, Andreu Mas-Colell, el sabio que privatizó ATLL y se vendió la sede del Departamento.

Las cuentas de Junqueras, además de reflejar la recuperación económica, incorporaban los 1.407 millones de euros que Cataluña debe recibir por la liquidación del sistema de financiación autonómica  de 2014 y una reducción de los intereses de la deuda por unos 850 millones.

Economía elaboró el documento cumpliendo con el límite de déficit del 0,7% que ha establecido el gobierno central (unos 1.500 millones), tras reducir en 1,25 puntos básicos la tasa del 1,9% que reconoce el gobierno catalán para el último ejercicio. Junqueras estima además que el gobierno que surja de las nuevas elecciones generales colocará en el 0% el tipo de interés aplicable a los recursos procedentes del FLA (Fondo de Liquidación Autonómica). 

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp