“Lo que pasa con el jamón ibérico también es corrupción”

El diputado de Ciudadanos, Toni Cantó, exige al ministerio de Agricultura una nueva normativa para reducir el fraude en el jamón ibérico

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Carrefour vende, por menos de 200 euros, supuestos jamones ibéricos de bellota distribuidos por Comapa, el principal vendedor en España. El sector clama ante el «fraude» y la Guardia Civil investiga posibles delitos por amaños alimentarios. En paralelo, la patronal y el Gobierno aseguran que la ley actual y el sistema de etiquetas son suficientes para prevenir la estafa.

El diputado de Ciudadanos Toni Cantó ha sido, hasta ahora, el único en entrar en el tema que preocupa a ganaderos, productores y vendedores que producen con calidad y bajo la manera tradicional. Ha pedido explicaciones al ministerio y ahora propone un nuevo pacto para ganar en transparencia y evitar que se vendan como ibéricos jamones que no lo son.

– ¿De dónde nace su interés por el jamón ibérico?

– Me metí con interés porque me parece un tema bonito. Aunque la lucha contra la corrupción es mi faceta más conocida, lo que pasa en la industria del jamón ibérico también es corrupción. El fraude cuando se lleva a cabo es otro tipo de corrupción. He recibido llamadas y avisos. El sector me dice alarmado que si sigo así, los pongo en peligro. Y yo les dije que cuando se ponen en peligro es cuando no se trabaja contra el fraude.

– ¿Qué se debe hacer para poner freno al fraude del ibérico?

– Creo que hay que proteger a dos colectivos importantes a partes de la marca ibérico, que en el fondo es marca España. El consumidor debe saber exactamente lo que está comiendo y hay que proteger también a los productores que lo hacen bien. Porque la situación de un productor que cuida que la raza de su ganado sea pura y se preocupa por alimentarlo con bellota y ve cómo la competencia vende cerdos mezclados con cerdos duroc (raza estadounidense más rentable) hace que poco a poco la marca España se vaya al traste.  

– ¿La marca España ya se ha ido al traste con las noticias de fraude más recientes?

– No, creo que todavía no ha ocurrido. Pero cuesta tanto conseguir que una marca sea reconocida a nivel mundial que hay que tener mucho cuidado con esto. Creo que esto se lo podemos preguntar a los productores de aceite de oliva, que les ha costado mucho posicionarse. Imagínate que ahora comienzan a hacer una fraude y venden la mitad aceite de oliva y la otra mitad aceite de maíz o aceite de colza. Estamos hablando de lo mismo y me parece muy grave. Por eso estamos haciendo muchas preguntas a riesgo de molestar a algunos.

– ¿A quiénes ha molestado?

– Me han llamado asociaciones y productores. Creo que se han cometido algunos errores. Hay que mejorar la trazabilidad, el libro genealógico con el que se permitió que se inscribieran a un gran número de hembras que no son ibéricas. No hay que alarmar porque hay mucha gente haciendo un gran trabajo y creo que los tramposos son los menos. Pero ¿es posible que se venda un jamón ibérico a ciento y pocos euros? No, porque o alguien está cometiendo un fraude porque ese jamón no es ibérico. Y si lo es, está vendiendo a pérdidas.

– ¿Qué le parece que se verifique la autenticidad de los cerdos ibéricos sólo con una inspección visual?

– Me parece que es parte del problema. Estoy de acuerdo con que no se pueden hacer análisis genéticos a todos los cerdos, pero sí podemos hacer controles aleatorios en un número importante. A mí me lo hacen en el aeropuerto. No soy un cerdo, pero me dicen: “es aleatorio y le ha tocado”. El primer interesado debería ser el ministerio.

– ¿Se ha lavado las manos el ministerio?

– Creo que no lo está haciendo suficientemente bien y a las pruebas me remito. Cuando hay un periódico alemán que publica lo que está pasando y traspasa nuestras fronteras, estamos hablando de un problema grave.

– La forma como se registran y controlan los cerdos híbridos ¿viola la normativa comunitaria?

– Viola el sentido común. Puedes ser ibérico o no serlo, pero no puedes ser algo intermedio.

– ¿Es fraude llamar ibérico a un cerdo cruzado?

– No es fraude porque la ley lo permite. Lo que hay que hacer es que el ministerio entienda que no le está haciendo un favor al sector. Demos un paso más. Seamos más exigentes. Hasta ahora se ha sido cortoplacista.

– ¿Se debería modificar la ley de calidad del ibérico?

– He hecho muchas preguntas parlamentarias para exigir que se endurezcan los controles. Mi propuesta es reunir a los legisladores y al sector. Que demos unos pasos más. Hay mucha gente que está haciendo muy bien las cosas. Y merecen protección.

– Ha pedido la comparecencia de la ministra por este caso. ¿Qué ha pasado?

– Que no me ha hecho ni puñetero caso. Se ve que para ella no es importante el tema. Para mí lo es. Cuando hay buques insignia de nuestra gastronomía, yo creo que merece una atención especial. Probablemente crean que no es un tema muy importante, pero para mí es esencial.

– ¿Estaría su partido dispuesto a ejercer mayor presión para que la ministra les atienda?

– Yo no quisiera hacer depender un pacto de gobierno por este tema. Pero evidentemente es un tema importante. Si la ministra sigue sin hacernos caso, tendremos que ejercer más presión. Retomaré estos días mis contactos en el sector. Y veremos qué debemos hacer. 

– ¿Le han presionado o le han intentado influir?

-Eso sí, pero es legítimo. Todo el mundo intenta influir en los diputados. 

-¿En una cata a ciegas sabría distinguir a un ibérico auténtico?

– Sabría distinguir a un duroc de un ibérico puro. Ahora si es cruzado, de cebo o de bellota, estamos entrando en terrenos más complicados. Por eso es necesaria más transparencia para el consumidor.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp