Los hooligans de Puigdemont comienzan a perder la fe en el líder

Los fieles a Carles Puigdemont rebajan la fidelidad a los planes del expresidente a la espera de que dé luz verde al plan D

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Carles Puigdemont todavía mantiene el dominio de la negociación sobre la investidura en Cataluña, pero comienza a presentar síntomas de fatiga. Sus principales escuderos en el grupo de Junts per Catalunya (JpC), Elsa Artadi y Eduard Pujol, han comenzado a deslizar significativos matices respecto a los planes que todavía mantiene Puigdemont para forzar una investidura a distancia.

Las leves maniobras de distanciamiento no han pasado por alto en las formaciones soberanistas (Pdecat y ERC), que en las últimas horas han querido agarrarse a ellas como a clavo ardiendo porque suspiran por el desbloqueo para formar un gobierno efectivo. Artadi considera ahora que la confrontación con España debería producirse en el terreno internacional, con Puigdemont a los mandos, y que debería aparcarse la desobediencia. 

Junts per Catalunya descarta ahora forzar la teleinvestidura mediante la desobediencia

En la misma línea se ha manifestado Eduard Pujol, que asegura que JpC «no forzará ninguna situación de desobediencia, porque sería alimentar aún más el conflicto en la mala dirección”. Descartó de esta manera llevar al extremo la reforma de la ley de presidencia para consumar la teleinvestidura con el Tribunal Constitucional en contra.

Voces del Pdecat sostienen que «en los últimos días, el círculo de Puigdemont está modulando su postura». «Creemos que al final habrá gobierno y que simplemente necesitan tiempo», apuntan en el Pdecat, que no obstante, apuntan que «todo sigue en manos de Puigdemont«. «Es muy difícil hacer previsiones con él ahora mismo», afirman en el sentido de que nadie se atreve a descartar elecciones.

Los tiempos de Puigdemont

Los contactos entre Junts per Catalunya y ERC se han transformado en las últimas horas. Abundan los mensajes cruzados a través de la prensa porque todos siguen pendientes del calendario de Puigdemont, la única y verdadera hoja de ruta que sigue condicionando los tiempos de todos.

La carta enviada por los dirigentes independentistas encarcelados a Puigdemont esta semana también ha contribuido a modificar el escenario. Las presiones para evitar elecciones en el mundo soberanista son prácticamente unánimes y comienzan a hacer mella.

«Esto se parece cada vez más a El hundimiento. Puigdemont está en el búnker»

Uno de los negociadores que participa desde hace meses en las conversaciones sobre la investidura describe de esta manera la situación actual. «Esto se parece cada vez más a El hundimiento. Ahí está Puigdemont en el bunker, viendo que su control se acaba, que cada vez hay menos resistencias que imponer», describe.

Si estas observaciones se cumplen, la semana que viene será la última semana de resistencia de Puigdemont. La reforma de la ley de presidencia quedará en un callejón sin salida y las presiones para formar gobierno efectivo se multiplicarán. ¿Se rendirá Puigdemont?

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