Mas arrincona a Duran: o independencia o adiós

La dirección de Unió, tras ganar por la mínima, busca cómo negociar con Convergència para elaborar una candidatura el 27S

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La complejidad ahora es enorme. Todos los planes se han trastocado. Pero Artur Mas, pese al consejo de algunos dirigentes de Convergència, quiere seguir adelante: con o sin Unió, con o sin Josep Antoni Duran Lleida. Y la idea la tiene clara: una candidatura sin siglas, con miembros de la sociedad civil, en cada una de las cuatro circunscripciones catalanas, con miembros convergentes y con los dirigentes de Unió soberanistas que se quieran incorporar.

Eso deja a Duran Lleida en una situación extrema. La dirección de Unió, que él encabeza, decidió este lunes, con su escaso 50% de apoyo en la consulta interna sobre la hoja de ruta soberanista, –aunque con casi cuatro puntos de distancia respecto a los soberanistas– negociar con Convergència. «No dependerá únicamente de nosotros, también está en manos de CDC», aseguraba el secretario general de Unió, Ramon Espadaler.

Pero es que la otra mitad de Unió, los dirigentes que perdieron la consulta, pero con un estrecho margen que al final no superará los 100 votos, también quiere negociar por su cuenta con Convergència, y, además, con Esquerra Republicana y con las entidades soberanistas.

Mas, se congratula del resultado en Unió

Las palabras del propio Artur Mas fueron claras. «Ya es más de lo que teníamos hace 48 horas», aseguró en relación al resultado de la consulta interna en Unió, y en relación al poder de los soberanistas. Y es cierto que Convergència ahora sí sabe con quién puede ir en la misma senda hacia la independencia –o hacia la frustración más completa–. Casi la mitad, el 47% de Unió, votó a favor de formar parte de una candidatura bajo el liderazgo de Mas, que defienda la independencia de Cataluña el 27S.

Con el mandato de buscar algún tipo de acuerdo, Ramon Espadaler se reunió con el coordinador general de Convergència Democràtica, Josep Rull. Espadaler, previamente, había dejado claro que los tres consellers de Unió en el Govern –él mismo, Joana Ortega y Josep Maria Pelegrí– no querían convertirse en ningún obstáculo, y que están dispuestos a abandonar el Ejecutivo de Mas. Pero de la reunión con Rull no salió ningún acercamiento.

El 27S, un plebiscito sobre la independencia y ya está

La posición de la cúpula de Convergència –cúpula, que no todo el partido– es la misma que la de Mas. Y, con palabras de Rull, las cosas están claras: «Nos debemos poner de acuerdo en lo más básico. Las elecciones deben servir para que los catalanes puedan decidir si Cataluña es un estado independiente o no. Nosotros nos presentaremos con este programa. Si compartimos este criterio, hablaremos a fondo», aseguró Rull, quien añadió que no esperarán ya a Unió de forma «indefinida».

Eso deja la situación también muy clara para Duran. Con esa victoria mínima en Unió, le queda la posibilidad de presentar una candidatura propia, al margen de CDC, y con un programa práctico, que reclame la negociación con el Gobierno central. Duran es el líder de Unió, ha ganado, aunque sea por la mínima, y Unió decidirá en su momento, en función de la hostilidad que encuentre en CDC. 

Duran, con Unió, buscará el papel de CiU, el de siempre

Es decir, lo que Mas le insta a Duran es que él recupere el papel de CiU, si quiere, el de siempre, porque como President está decidido a que el 27S sea un plebiscito sobre su persona, y sobre la independencia de Cataluña, con candidatos soberanistas, sean de CDC o de Unió o miembros de la sociedad civil.

Ahora la pelota, aunque de hecho hace meses que es así, está en el tejado del líder democristiano, es decir, en Unió.   

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