Mas asegura al Cercle d’Economia que agotará la legislatura

El President analiza con el lobby empresarial cómo “encauzar” el proceso soberanista

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El debate es intenso, y los altavoces muy numerosos. Los partidarios de un proceso rápido hacia la independencia de Catalunya, que juegan en las redes sociales con ese latiguillo del “Yo tengo prisa” encienden a los que no querrían mover nada. Y el ruido, sí, provoca que algunas voces caigan en un cierto alarmismo y consideren que ya existe en Catalunya una fractura social.

Tal vez eso sea inevitable, el ruido, no la fractura, porque el reto que ha asumido el President Artur Mas es de gran envergadura. Pero Mas, que se vio superado por aquella enorme manifestación soberanista de la Diada de 2012, hasta el punto de hacerle convocar elecciones anticipadas, siempre ha tratado de aprovechar el movimiento para forzar un cambio en el estatus de Catalunya respecto al Estado español. El problema para Mas es que no percibe ni un pequeño atisbo de que eso pueda suceder ahora en Madrid. Pero su intención es la misma, con el objetivo de agotar la legislatura.

Mas, Puig y Vilajoana

Mas trasladó ese convencimiento a la Junta Directiva del Cercle d’Economia, que preside Antón Costas. El President, junto con el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, y el secretario general de Presidència, Jordi Vilajoana, analizó la situación con la dirección del Cercle. Y la voluntad, según fuentes conocedoras de la reunión, fue clara: tratar de agotar la legislatura, siendo consciente de la dificultad para poder convocar la consulta soberanista, fijada, en principio, para el 9 de noviembre.

Es decir, Mas, Puig y Vilajoana representan a todo el Govern, aunque el conseller de Presidència, Francesc Homs, sea uno de los hombres de mayor confianza del President. Homs mantiene la misma línea, pero se ha encargado de mantener viva la presión soberanista, con su voz omnipresente en todas las radios y televisiones del país, y siempre practica un cierto contrapeso con el President.

La independencia del Cercle

El Cercle d’Economia ha mantenido una prudente distancia respecto al proceso soberanista. La mantiene ahora, y la ha constado en los dos últimos años, con el anterior presidente, Josep Piqué. Costas y el resto de miembros de la Junta le señalaron a Mas que mantendrán esa independencia, con el objetivo de estar más presentes en la sociedad catalana, para dialogar directamente con ella y buscar salidas tanto al proceso político como al económico, con una apuesta clara por la reindustrialización del país y una reforma fiscal más equitativa.

Y Mas, junto a Puig y Vilajoana, se mostró receptivo.

El problema, del cual Mas es consciente, según diversas fuentes políticas, es que él ha asumido un papel muy complicado, porque desea “encauzar” el movimiento soberanista hacia un cambio tangible del estatus de Catalunya, que, no necesariamente, debe pasar por la ruptura con España. Pero esa posición no se reconoce desde el Gobierno español, que le sigue acusando de haber permitido, e, incluso liderado, un proceso del cual ahora no sabe como salir. Es decir, si hubo un momento en el que se buscó ‘salvar al soldado Mas’, ahora se le quiere dejar en la guerra.

Tiempo, más tiempo

Y, aparentemente, es así. Pero lo que el Cercle d’Economia y otras instituciones, como Foment del Treball, le señalan a Mas es que todo es una cuestión de tiempo, y de cómo aprovechar las situaciones políticas.

Mas quiere seguir esa línea. Y su objetivo de agotar la legislatura hasta 2016 es firme. Esa tesis la podría avalar Esquerra Republicana, aunque oficialmente alce la voz y diga que la consulta para el 9 de noviembre es irrenunciable. Los republicanos han admitido que trabajan para ser una fuerza política hegemónica, y eso pasa por ir creciendo en el territorio, por preparar candidaturas a las alcaldías, para las elecciones de mayo de 2015, por ir convenciendo a la sociedad catalana.

Es decir, todos quieren ganar tiempo. Mas, Esquerra, el Gobierno español que lidera Mariano Rajoy, el PSOE, que tiene delante un proceso de primarias, y el PSC, roto ahora, pero esperanzando en alzarse de nuevo.

Transversalidad

De hecho, es lo que quiso transmitir este mismo martes el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, al señalar que todo podría acabar en unas elecciones plebiscitarias, que sólo beneficiarían a Esquerra y Ciutadans, y que eso sería “un fracaso”.

La reunión de este martes, entre el President y el Cercle d’Economia, constituye, por tanto, una guía para navegantes, para el conjunto de la sociedad catalana, teniendo en cuenta que el lobby empresarial es de una gran transversalidad, con una Junta integrada por miembros como Joan B. Culla, (UAB), Amancio López (Hotusa), Artur Carulla (Agrolimen) Alfred Pastor (Iese), Ginés Alarcón (Nae), Rosa Cañadas (Fundació Tanja), Jordi Gual (La Caixa), Francesc Homs (RJCE) o Marta Lacambra (Fundació Catalunya-La Pedrera), entre otros.

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