Mas-Colell: tres grandes fiascos y la quiebra de Cataluña

Spanair, ATLL, BCN World y los bonos patrióticos son algunos de los fracasos que quedarán en el historial del consejero catalán de Economía, como recoge el libro 'Andreu Mas-Colell, el 'minnesoto' que fracasó en política'

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La carrera política de Andreu Mas-Colell, aunque breve, quedará para siempre manchada con algunos de los fiascos más recordados de los últimos tiempos en la gestión pública. El consejero autonómico de Economía, que llegaba a la Generalitat en diciembre de 2010 con un impresionante currículo académico y prestigio internacional, ha naufragado al timón de proyectos de infausto recuerdo como Spanair, ATLL, BCN World o los bonos patrióticos.

Bajo su mandato, Cataluña pidió el rescate al fondo de liquidez autonómico (FLA) para atender los compromisos del Govern, aunque éste ha desplegado los mayores recortes y ha duplicado la deuda que heredó del tripartito. Los mercados le han cerrado, sin dudar, el acceso al crédito.

Economía Digital levanta acta en su quinto libro: Andreu Mas-Colell, el minnesoto que fracasó en política –de Gonzalo Baratech y Josep Maria Cortés–. También recuerda la carrera académica del consejero y sus contactos de juventud con ilustres economistas. A continuación, se extraen de esas páginas algunos de los fracasos que harán que se recuerde a Mas-Colell como mucho peor gestor que teórico.

El cielo catalán

La situación de la aerolínea Spanair en enero de 2009 era desesperada, solo seis meses después del triste accidente de Barajas. Un grupo de empresarios catalanes, aupados por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, se lanzan a comprarla para convertirla en algo así como la aerolínea de bandera catalana y crear un hub en el aeropuerto del Prat.

Tres años después, con Artur Mas en la Generalitat y Mas-Colell en la consejería de Economía, la situación es todavía peor y se busca inversor para evitar el cierre. Inútil: el 27 de enero de 2012 suspende operaciones.

Aunque la operación empieza con el tripartito, quién más gasolina echa al fuego es el Govern de CiU: «Mas-Colell mima a Spanair con fondos del erario hasta la extenuación», cuentan Cortés y Baratech. En total, se gastaron 173 millones de la caja de la Generalitat en Spanair.

«De dicha suma, 60 millones se concedieron en la etapa de José Montilla y Antoni Castells. El resto, en la de Artur Mas y Andreu Mas-Colell. El binomio Mas/Mas-Colell, supuestamente liberal, dio un lamentable espectáculo de intervencionismo empresarial, que además resultó gravemente lesivo para los contribuyentes».

El papel de Mas-Colell en la crisis de Spanair llegó a ser entre penoso y cómico:  «El 4 de enero de 2012, Mas-Colell toma las riendas y se implica a la desesperada en las negociaciones con Qatar Airways. Él mismo viaja al emirato para hablar en persona con el máximo ejecutivo de la compañía. (…) Don Andreu se deja el pasaporte en casa y cuando aterriza en Qatar, no se le permite la entrada en el país». El final es de sobra conocido. Qatar Airways se retira y Spanair se va a pique.

BCN World, el colmo del ridículo

«La génesis del frustrado complejo de casinos, hoteles y casas que se conoce como BCN World es la historia de un ataque de cuernos. Lo sufre Mas al enterarse de que Sheldon Adelson ha desestimado la instalación de Eurovegas en Cataluña y se traslada con los bártulos a la meseta castellana». Así explican Cortés y Baratech la semilla de BCN World.

El Govern busca una alternativa y se encuentra con el polémico empresario valenciano Enrique Bañuelos, conocido por el pinchazo de su cambalache inmobiliaria, Astroc. «Su aparición como máximo impulsor de BCN World sólo se explica por el hecho de que nadie más prestó su jeta a semejante gatuperio».

Pero las cosas se tuercen. Como ya hiciera con Astroc, Bañuelos sale por patas de BCN World después de que Mas y Mas-Colell hubieran defendido a capa y espada, y aprobado, varios cambios legislativos para satisfacer al valenciano. Tras su huida, el Govern coge las riendas del proyecto pero sin apenas inversores.

En resumen: «Los promotores se comprometen a una inversión de 4.700 millones y la creación de 40.000 empleos. Calculan (…) que quedará listo para entrar en servicio hacia 2016. A estas alturas, no se ha movido un solo metro cúbico de tierra en los predios afectados. Ni hay la más mínima previsión de que a corto plazo se pongan en marcha las máquinas excavadoras».

ATLL, un enjuague calamitoso

La Generalitat necesitaba dinero y las privatizaciones se lo podían dar. La de Aigües Ter-Llobregat fue la más importante… y la chapuza de mayor envergadura de los dos mandatos de Mas. Por sorpresa, se adjudica ATLL a Acciona por 1.000 millones.

Por sorpresa porqué la otra opción era Agbar, mucho más cercana, aunque en la de Acciona hay empresarios tan importantes, y también cercanos a Convergencia, como los Sumarroca y los Rodés. Pero la adjudicación enfrenta a Mas, partidario de Agbar, con Lluis Recoder, partidario de Acciona.

«En medio de todos ellos se sitúa el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell que, cual Poncio Pilatos, se lava las manos. En realidad, le importa un comino quién sea el titular de ATLL. Su única preocupación es que los papeles se firmen antes del 31 de diciembre. Así podrá cobrar y apuntarse de una tacada unos ingresos de 1.000 millones», explica el quinto libro de la Colección Economía Digital.

Después de la adjudicación, lo sabido: recurso de Agbar; el OARCC, dependiente de la Generalitat, para asombro de todos da la razón a Agbar; el Govern recurre la decisión de su organismo; el caso pasa a la justicia ordinaria, y sigue sin resolverse, aunque en Palau estallan las diferencias sobre cómo afrontarlo.

«Santi Vila propone dar carpetazo al asunto y cumplir de una vez por todas las sentencias del Supremo. (…) Mas-Colell se muestra opuesto a la revocación, con lo que su pasado prestigio se hunde irremisiblemente un poco más. Las posturas están tan enfrentadas que en algún consejo ejecutivo del Govern se llegan a escuchar gritos e improperios». El consejero de Economía ha terminado cifrando el coste de revocar la concesión en más de 300 millones, pero se resiste a hacerlo.

Bonos patrióticos y quiebra de Cataluña

Si en el fango de ATLL y BCN World se metieron solitos Mas y Mas-Colell, los bonos patrióticos, como Spanair, fueron una bola heredada del tripartito que hicieron mucho mayor. Antoni Castells hizo la primera emisión, de 3.500 millones de euros, que fue un éxito por su enorme rentabilidad que, de rebote, dejaba un alto interés por pagar a la Generalitat. Aunque lo criticó, Mas terminó echando mano a dicho recurso hasta tres veces, en esta ocasión diseñado por el catedrático Mas-Colell.

En 2011 se hacen dos emisiones, de 3.200 y 4.223 millones respectivamente, pero parte importante se destinan a devolver la primera emisión a los contribuyentes. Entonces Mas confiesa a Rajoy que las arcas de la Generalitat están vacías y el Gobierno, mediante el FLA, acaba socorriendo al Govern para que pague nóminas y facturas. A pesar de ello, y de que las agencias de rating avisan del riesgo, Mas-Colell todavía lanza una cuarta emisión, de 2.307 millones, en 2012.

Al año siguiente, hay que volver a echar mano del FLA para devolverlos….

Estos son sólo algunos de los fiascos de Mas-Colell como consejero de Economía que pueden encontrarse narrados con detalle en Andreu Mas-Colell, el minnesoto que fracasó en política. Un análisis fiscalizador, crítico y sin ataduras de la gestión del erario catalán durante los últimos cuatro años. Todo lo resume una cifra: más de 60.000 millones en deuda (el doble de la que encontró heredada). El libro de Economía Digital, escrito por Gonzalo Baratech y Josep María Cortés, es la referencia editorial necesaria del verano.

Ismael García Villarejo

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