Mas provoca el deshielo en Madrid tras pactar la pregunta soberanista

Rajoy busca un acercamiento con el Govern, aunque oficialmente el rechazo sea total

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Un editorial del Financial Times reclamando una solución política para Catalunya no es un hecho menor. Aunque las capitales europeas no estén ofreciendo ningún apoyo al Govern de la Generalitat, el Gobierno español está tomando conciencia de que debe reaccionar cuanto antes. No se trata de permitir la consulta soberanista, de ofrecer un paquete político y económico a Catalunya muy bien engalanado, no se trata de ceder ahora a toda prisa. Pero sí de mostrar empatía, de analizar la cuestión y buscar ya una solución, aunque oficialmente la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal asegure taxativamente que la unidad de España no está en juego.

“El Gobierno español contaba con que los partidos catalanes no serían capaces de pactar la pregunta de la consulta, y ahora se han encontrado con un problema real”, asegura un directivo de una empresa, bien conectado con los círculos empresariales y políticos de Madrid.

El acuerdo que ha logrado el President Mas, por tanto, ha provocado un deshielo en Madrid. El President, en una entrevista en TV3, mostrará este lunes su objetivo de negociar en lo posible para poder convocar la consulta.

La ley de reforma local

Una de las pruebas de un nuevo clima se produjo este mismo lunes, con el acercamiento entre el PP y CiU sobre la ley de reforma local en el Senado. Las dos formaciones acordaron votar el texto este martes, para perfilar un acuerdo de última hora. Se trata de una cuestión esencial para el Govern de CiU, que había anunciado la presentación de un recurso ante el Tribunal Constitucional.

El objetivo es acordar una fórmula satisfactoria sobre la aplicación de la ley en Catalunya, que debería estar supeditada, según los nacionalistas, a la ley catalana. Esa misma pretensión se arrastra desde que la ley pasó por el Congreso, pero ahora se busca un acuerdo en el Senado. Justo ahora.

Herrero y Roca, la vía política

“Estamos ante problemas políticos, que los tienen que resolver los políticos, políticamente”. La frase es de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, y la pronunció este lunes en Madrid en el Tercer Ciclo de Diálogos España plural, Catalunya plural, organizado por la fundación del Diario Madrid y la Asociación de Periodistas Europeos.

Herrero debatió con Miquel Roca, y los dos políticos, que participaron en la redacción de la Constitución, apostaron por dejar a un lado los corsés jurídicos para centrarse en la política. “Para resolver los problemas que ahora parecen acuciantes se puede recurrir a otras vías sin tocar la Constitución. Esas vías son el acuerdo político y no el utillaje jurídico”, añadió Herrero, ante una nutrida presencia de representantes políticos, entre ellos personas de confianza de Rajoy en la Moncloa.

Es decir, “el clima está cambiando, y se quiere iniciar una vía de aproximación”, indican fuentes de CiU, cercanas a esas posiciones.

Margallo, el emisario de Rajoy

Una fecha clave puede ser el 8 de enero, cuando el ministro de Exteriores José Manuel García Margallo pronunciará en el foro Tribuna Barcelona una conferencia, con la presentación de Miquel Roca. Margallo no hablará por sí mismo, sino con un mensaje claro por parte de Rajoy.

Tanto Convergència como Unió, incluso Esquerra Republicana, buscan ahora esa posible aproximación. El presidente del consejo nacional de Unió, Ramon Espadaler, precisó este lunes que la voluntad del Govern es convocar una consulta, pero siempre que esté “amparada en el marco legal”.

Marco legal

Espadaler añadió que la idea es trabajar para poder hacer realidad esa consulta, lo que sólo deja un camino: el de la negociación con el Gobierno.

Y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, aseguró que su partido aceptaría un cambio en el enunciado de la consulta, si se trata de una decisión acordada con el Gobierno. “Nos gustaría que así fuese”, señaló, aunque también mostró su pesimismo.

En todo caso, y pese a que Artur Mas acordó la pregunta como un mal menor, ante la posibilidad real de hacer un “ridículo” enorme, en caso de no llegar a ningún pacto, ahora el President ha logrado una palanca que el Gobierno podría explorar.

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