Navarro expulsará el 16 de enero a los diputados del PSC que rompan la disciplina de voto

El Parlament votará pedir al Congreso que permita la consulta soberanista a través del 150.2 de la Constitución

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La dirección del PSC espera con sensaciones encontradas el pleno del Parlament del próximo jueves, 16 de enero. La cámara catalana votará pedir al Congreso que permita la consulta soberanista, y que, para ello, se ceda la competencia para celebrar referendums a través del artículo 150.2 de la Constitución. Pero el PSC ha decidido ya desde hace semanas el sentido del voto.

Votará en contra de esa resolución, que apoya CiU, ERC, ICV y la CUP, las formaciones que pactaron la pregunta y la fecha de la consulta. El PSC se acoge al resultado de su consejo nacional, que por una clara mayoría decidió votar en contra de todas las resoluciones sobre el derecho a decidir que, previamente, no contaran con un acuerdo con el Gobierno central. Y Pere Navarro, el primer secretario del PSC, no se apartará de esa decisión, por lo que tiene decidido expulsar del grupo parlamentario a los diputados que voten en un sentido diferente, o que, incluso, decidan abstenerse.

Casos personales

El mensaje está claro. Se ha trasladado al grupo parlamentario. Pero todavía hay ciertas dudas. No por parte de la dirección, pero sí por parte de los diputados díscolos que ya votaron diferente sobre el derecho a decidir hace ahora casi un año. Se trata de Àngel Ros; Rocío Martínez; Núria Ventura, Marina Geli y Joan Ignasi Elena. Los cinco han querido seguir algún tipo de estrategia en las últimas semanas, pero los intereses son diferentes, por lo que la decisión acabará siendo personal, a no ser que establezcan un acuerdo final: podrían votar en contra de la resolución, respetando las indicaciones de la dirección, y expresar a continuación sus discrepancias o sus impresiones y apoyar que se pueda reclamar al Gobierno que transfiera la competencia para celebrar la consulta.

Uno de los diputados que más claro lo tiene es Joan Ignasi Elena, ex acalde de Vilanova i la Geltrú, uno de los impulsores, junto a Jordi del Río, de la corriente crítica del PSC, Avancem, y ligado históricamente al obiolismo. Elena podría no asistir a la votación, renunciando, de entrada, a su acta de diputado.

Àngel Ros quiere repetir de alcalde de Lleida

Una de las referencias del PSC es Àngel Ros, que acaba de cumplir diez años al frente de la alcaldía de Lleida. Ros quiere presentarse de nuevo como candidato. Representa también una de las corrientes críticas del PSC, pero se ha mostrado muy moderado en sus aseveraciones en los últimos días. Ros desea que el PSC pueda expresar una posición propia, y ha sugerido que la mejor opción, cuando se vote la resolución del bloque independentista, es abstenerse. Pero la dirección, con Pere Navarro a la cabeza, no quiere saber nada de ello.

El PSC ya ha decidido, quedó claro en el consejo nacional, por lo que quien vote en otra dirección debe asumir las consecuencias”, asegura una fuente del entorno de Pere Navarro.

El PSC y la centralidad política

¿Demasiado castigo para los posibles diputados díscolos y para el propio PSC? Los socialistas catalanes viven una situación crítica, pero se asume el futuro a corto y medio plazo. La dirección es consciente de que el PSC ya no está en la centralidad política catalana, entre otras razones porque su resultado electoral en las elecciones de 2012 fue pésimo. Cuenta con 20 diputados, por debajo de los 21 de Esquerra Republicana. Pero se considera que sólo desde una base muy sólida, el partido podrá crecer de nuevo hacia el centro político.

Navarro ha trazado junto con el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, una estrategia conjunta, que pasa por una reforma de la Constitución en clave federal. Los dos partidos han acordado crear una subcomisión en el Congreso para analizar esa reforma constitucional, que debería contar, para poder tener éxito, con el PP. Esa circunstancia todavía no se ha producido, pero el PSC sigue pensando que el PP acabará proponiendo también una reforma constitucional que solucione el encaje de Catalunya en España, pero también los desajustes institucionales que se han evidenciado en todos estos años de grave crisis económica.

Rocío Martínez y las primarias de Barcelona

De todo ello son conscientes los diputados del PSC. Sin embargo, entienden que el partido debería hacer un esfuerzo, porque la sociedad catalana ya ha pasado página de ese posible proyecto federal que nunca se concreta.

Lo que ocurra el 16 de enero dependerá, en todo caso, de la situación de cada diputado. Uno de los más descontentos en las últimas semanas es Xavier Sabaté, que podría unirse al grupo de los cinco díscolos. Rocío Martínez, por su parte, está pensando en las elecciones primarias para la alcaldía de Barcelona, y entiende lo que está indicando la dirección del PSC, aunque no lo comparta.

Respecto a Marina Geli, que lo ha sido todo en el PSC, de dirigente territorial en Girona a consellera de Salut, su decisión podría seguir la estela de Elena.

Un regalo al bloque independentista

La cuestión es que el PSC se podría quebrar el próximo jueves, con dos o tres diputados en el grupo mixto. Sería suficiente para que el bloque independentista cantara victoria, porque con tres votos más sumaría 90 diputados, dos tercios de la cámara, la mayoría que se necesita para reformar el Estatut, por ejemplo, y que se considera muy ilustrativa de que una amplia mayoría del Parlament quiere un referéndum de autodeterminación.

Esta vez, en todo caso, la dirección del PSC no quiere más subterfugios. Navarro, de hecho, quiere ejercer y que se traslade, su liderazgo.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp