Pedro Sánchez deja solo a Rajoy y pone límites a Podemos

El secretario general del PSOE, que ha confirmado que se presentará a las primarias socialistas, asegura que solo apoyará cambios "seguros y coherentes" con la socialdemocracia

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«El PSOE es la primera fuerza de la izquierda y la única alternativa al PP». Lo dice Pedro Sánchez, satisfecho por haber recuperado dos millones de votos en las elecciones del 24M, pero, sobre todo, esperanzado por la posición de los socialistas en el mapa político. Los españoles quieren cambio, lo dicen las urnas, y el PSOE jugará el papel del cambio «coherente y seguro» como factor diferencial con los nuevos partidos. Tras los últimos resultados electorales, Sánchez cree que puede superar en votos a Podemos, incluso ganar las elecciones. Y entonces será Pablo Iglesias quien tenga que prestarle su apoyo.

Esa es la hoja de ruta que manejó el líder socialista ante sus compañeros del comité federal, reunidos este sábado en Ferraz, en un discurso de media hora en el que ni siquiera mencionó a Podemos o Ciudadanos. Su empeño se centró en aislar al partido de Mariano Rajoy: «Nadie les excluyó, su soberbia y su mayoría absoluta les hicieron autoexcluirse solos». En una nueva etapa política, en la que los acuerdos deciden gobiernos, acusó a los populares de «frentismo».

«El frentismo es el creado por el PP frente a la clase media trabajadora, frente a la comunidad educativa con la LOMCE, frente las mujeres con la ley del aborto, frente a los investigadores eliminando los derechos laborales, frente a los dependientes con sus recortes», proclamó.

Acercamiento a Podemos con límites

Sánchez, que reafirmó que se presentará a las primarias de su partido el 26 de julio, cree que el PSOE no debe moverse. Las conversaciones que está a punto de iniciar con Pablo Iglesias, al que probablemente necesitará para gobernar, lo empujarán hacia propuestas más atrevidas. Este viernes abogó por endurecer la ley de incompatibilidades en las jornadas del Círculo de Economía en Sitges. Y este sábado instó a su partido a reconectarse con los jóvenes y el voto urbano, dos de los caladeros de referencia de Podemos.

Pero Sánchez quiere poner límites. «El PSOE solo gobernará cambios seguros y coherentes con el proyecto socialdemócrata», afirmó como respuesta a Iglesias, que le pide un giro de 180 grados. «Nosotros no giramos, nos reafirmamos en el proyecto socialdemócrata», zanjó.

Golpe de moral

Los socialistas se presentarán ante los ciudadanos como la renovación tranquila, moderada. No quieren ser el «recambio» del PP ni tomar el cielo por asalto.

Hasta hace poco, navegaban en tierra de nadie, condenados a decidir si apoyaban al PP o a otros partidos. La perspectiva ha cambiado para Sánchez tras las elecciones municipales y autonómicas. «Las urnas son la mejor cura de humildad; ahora son esos partidos quienes deben decidir si apoyan al PP o si apoyan al PSOE», afirmó entre aplausos de sus compañeros de filas. 

Economía Digital

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