Puigdemont y Junqueras se atan a Colau para jugar (más) con el referéndum

El soberanismo acuerda con el partido de Colau respetar la Comisión de Venecia, que invalida cualquier consulta que no sea constitucional

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Sin estrategia y a la deriva. El gobierno catalán busca cómo sortear obstáculos, con un lema voluntarista: se convocará y se celebará un referéndum, pero, por ahora, poco más. Por ello, y con la lógica de ganar apoyos, el presidente Carles Puigdemont y el vicepresidente Oriol Junqueras, se han atado al partido de Ada Colau para jugar más todavía con el referéndum y ganar tiempo.

La prueba fue la votación de este jueves en el Parlament entre Junts pel Sí y Catalunya Sí que es pot, en la que acordaron que buscarán el apoyo de la Comisión de Venecia para celebrar el referéndum, sabiendo que no hay ninguna posibilidad de que esa comisión integrada por juristas avale un referéndum unilateral sin el acuerdo del gobierno español. Todas sus indicaciones son claras: sin respetar la constitución del país correspondiente, no se puede realizar un referéndum.

¿Un brindis al sol? Se trata de una oportunidad para ganar tiempo. El gobierno catalán, integrado por el Pdecat y ERC, necesita como agua de mayo una base social más amplia, que le puede ofrecer el partido de Ada Colau, Els Comuns, cuyo grupo parlamentario se denomina Catalunya Sí que es pot. Puigdemont busca ese apoyo, aunque en las últimas horas haya expreseado su enojo con Colau, porque ésta ha pedido que se vuelva a convocar el Consorcio del Palau de la Música para que la Generalitat rectifique y acuse a Convergència en el caso del Palau.

Puigdemont se acerca a Colau porque necesita una mayor base social para el soberanismo

Las escasas oportunidades del independentismo, del presidente Puigdemont para lograr que fructifique el referéndum, pasan por una participación más amplia que el 9N, y eso depende, en gran medida, de la izquierda que representa Colau, que mantiene una calculada ambigüedad con la consulta soberanista.

La aproximación de Puigdemont –Junqueras mantiene una distancia prudencial y el grupo municipal de ERC ha criticado de forma demoledora la gestión de la alcaldesa Colau— es notoria y se comprobará este lunes en Madrid, donde reclamará un referéndum acordado con el Gobierno en una conferencia en unas instalaciones del Ayuntamiento de Madrid, gracias a la gestión de su alcaldesa, Manuela Carmena.

Pero, ¿qué busca realmente el gobierno catalán? Juristas consultados por Economía Digital entienden que la operación sólo puede ser política, porque, desde el punto de vista jurídico, buscar el aval de la Comisión de Venecia será tarea imposible.

La Comisión de Venecia, creada para ayudar y asesorar a los países del este, tras la caída del muro de Berlín, está integrada por 47 juristas y es un órgano del Consejo de Europa, que emite dictámenes sobre constitucionalidad. Para Joaquín Tornos, catedrático de derecho administrativo de la UB, y autor del libro De Escocia a Catalunya. Referéndum y reforma constitucional, “el referéndum que se propone desde Cataluña no cumple ningún requisito de la Comisión de Venecia, no es viable”.

Los juristas ven «inviable» que la Comisión de Venecia avale el referéndum

También el catedrático de derecho constitucional de la UB, Xavier Arbós, ve “sin posibilidades” que se obtenga el aval para el referéndum.

Uno de los juristas que la integran es Josep Maria Castellà Andreu, que ha constatado, citando el código de buenas prácticas de la Comisión, que “el uso de referéndums debe ser permitido sólo donde está previsto por la Constitución o una ley en conformidad con ella, y las reglas procesales aplicables al referéndum deben ser seguidas”.

En el caso del partido de Colau, se trata de agotar vías, y contener a los independentistas que existen en su seno. También se busca que esa Comisión de Venecia, aunque no avale el referéndum, sea capaz de dar un toque de atención al Gobierno de Mariano Rajoy para que busque una negociación con el gobierno catalán. Pero es, como apuntan distintas fuentes nacionalistas, “una forma de blindarse, de seguir marcando la agenda”.

Iceta reclama no hundir más Venecia de lo que se está hundiendo

Una actitud a la que no hace ascos Junts pel Sí, una coalición atrapada por sus propios compromisos políticos, que no sabe cómo detener el proceso soberanista. Otras fuentes mantienen que la Comisión de Venecia también puede ser la mejor palanca para detener el referéndum en el último momento, cuando se asegure que, pese a todos los esfuerzos, los juristas internacionales desaconsejan realizarlo por ahora. En ese caso, unas elecciones al Parlament serían la mejor salida para reinicar la partida.

Sin embargo, nadie quiere ser el primero en mostrar una actitud en ese sentido. Y en la moción aprobada en el Parlament se estableció que existe el compromiso de buscar el reconocimiento previo de la Comisión de Venecia, pero no fija que sea preceptivo el aval para celebrarlo. Es decir, se mantiene a flote la vía unilateral, la vía insurrecional en el último segundo. A pesar de todo, y eso añade más confusión, el Pdecat busca cómo recuperar su espacio ideológico y permite, en el Congreso, que el Gobierno apruebe el decreto ley sobre la estiba. 

El debate sirvió para que Miquel Iceta, el presidente del grupo parlamentario del PSC, ilustrara el problema de esa inclinación –nunca mejor dicho– por la vía directa, y reclamó “no hundir más Venecia de lo que se está hundiendo”, en alusión a la ciudad, y a la vulneración de los principios jurídicos que defiende esa Comisión.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp